25 diciembre 2013

Soñar. Creer. Vivir.

Con motivo de mi viaje a la "Escuelita Zapatista", comencé a pensar que deberíamos abandonar el anti "Amar. Temer. Partir" con el que nos enseñan las conjugaciones por el "Soñar. Creer. Vivir". Comencé así una batalla cultural solitaria y probablemente improductiva.

El primero nos llama a abandonar nuestros amores: debemos temer a nuestros sueños y dejarlos a la deriva para cumplir la función social que nos demanda el sistema. En cambio, el segundo nos llama a creer y luchar por ellos, alzanzarlos y disfrutarlos.

El  25 de diciembre fue mi primer (y único) día de playa en Playa del Carmen. Intenté hablar con tres danesas, pero no hubo onda y al rato escuché el acento cordobés. Johana y Eugenia resultaron ser muy copadas, tomamos mate y me presentaron a Paulo.

Estuvimos charlando toda la tarde. Nos volvimos compinches y me invitaron a la casa del mexicano. Mientras comíamos tamales, le pregunté a Eugenia qué era su tatuaje porque no lo leía de lejos. Con 23 años hacía 10 meses que viajaba por América. 

Me dijo que era su filosofía de vida. 

Cuando lo leí se me puso la piel de gallina.

"Sueña. Cree. Vive". Me dijo que era su filosofía de vida. Cuanda lo leí se me puso la piel de gallina. El destino, cumpa, el destino.

10 diciembre 2013

Negros y ratis

El otro día un amigo de Facebook posteó Canción del mundial de Christian de Lugano acompañado del siguiente comentario: "Me encanta Christian porque en vez de salir a saquear se dedica a hacer arte". Un día anterior su Facebook mostraba un post sobre Mandela. Nunca entendió nada. Parafraseando a mi amigo, diría: "Me encanta (mi amigo) porque en vez de ser nazi y votar a Biondini, se dedica a militar en el PRO".


Es tarde y estoy molesto. Todas las sociedades tiene su chivo expiatorio y nosotros tenemos a nuestros "negros de mierda".

Hacía tiempo que un hecho no era noticia durante tantos días. Más allá de los intereses políticos de los medios opositores, los acuartelamientos policiales y los saqueos no paran de aparecer en las pantallas y en los diarios.

El lugar común a la hora de hablar de los saqueos es que están organizados políticamente y, efectivamente, como bien grafica el sociólogo Javier Auyero en La zona gris siempre hay un componente partidario de fondo, que se suma a la inacción policial. No es natural que de repente tantas personas se dirijan a robar mercadería. En esto hay bastante consenso. Ahora bien, ¿qué tiene de lógico que la gente salga a robar? ¿Usted lo haría? ¿Por qué razón una persona no organizada para saquear ve pasar a un vecino con un mercadería y va a hacer lo mismo?

En los saqueos se hace presente la exclusión: esa gente que invisibilizamos constantemente. Y de la mano de la exclusión está el cosumo. La falta de (consumo). En los últimos 10 años consumir se transformó en un valor. Tener es ser. Nuestro consumo habla de nosotros. Consumiendo somos y consumiendo aparentamos. Si tenemos en cuenta esto, no resulta tan ilógico que una persona que está fuera del sistema sienta el deseo de consumir. Y, sinceramente, a mí me parece muy lógico que ante la oportunidad de obtener un bien al cual  todos acceden pero el no, esa persona actúe en consecuencia. Si muchos vecinos lo hacen, ¿por qué él no? En los saqueos del verano pasado un intelectual decía: "Sigan mostrando las rutas llenas de autos con gente que se va de vacaciones y después pregunten por qué saquean plasmas".

El otro suceso fueron los acuartelamientos policiales. No vi mucho los noticieros, pero me quedé con una imagen: el recibo de sueldo de un oficial que había prestado 27 años de servicio. Su sueldo en mano era la mitad del mío que tengo la misma cantidad de años que él de laburo. Injusto, pero, ¿nos importa? Y sí, nos importa. Nos importa ahora que parece que la ausencia policial nos afecta a nosotros. Si no, ésta nos importa.

A pesar de que desde la derrota de las PASO el kirchnerismo fanático aflojó y hay una menor tensión social, yo sigo bastante enojado. Mi último enojo se inició porque siento que Cristina y compañía están haciendo mierda un sistema que ellos (al Gobierno) y nosotros (a la sociedad) pudimos construir. Lo están haciendo mierda y están dejando un campo fértil para el surgimiento de salidas por derecha. O sea, salidas por exclusión.

En un contexto de inflación los diferentes sectores de la sociedad pujan para que sus ingresos no queden rezagados con los constantes aumentos de precios. Las grandes corporaciones siempre salen ganando, pero también algunos sectores de los trabajadores han podido acompañar o superar esta espiral inflacionaria. Justamente por eso es necesaria la organización sindical: defiende los intereses de sus representados a través de la unión de los trabajadores. Dentro de esta competencia, los trabajadores informales y los desempleadoas se han llevado la peor parte. Entre los perdedores encontramos también a las fuerzas de seguridad, que no tienen representación legal y fueron el orejón del tarro. Si no, ¿cómo se entienden sus miserables sueldos y la solución del conflicto en Córdoba con un buen aumento? Hace meses tuvimos un llamado de atención con la gendarmería y la prefectura. El kirchnerismo dijo que eran golpistas. 

El Estado de Bienestar Europeo se desarrolló durante casi tres décadas y fue una época de bonanza. Su caída se dio por un contexto inflacionario acompañado de la crisis de petróleo y el auge del neoliberalismo. Tanta historia en los discursos, cumpa, tanta historia y Cristina está repitiendo el mayor error de los útlimos tiempos. Y todo por querer seguir en el poder.

Es tarde y estoy molesto. Leo en las redes sociales a un montón de garcas e infelices decir que los que roban son negros. Incluso a muchos que durante años dividieron al país entre oligarcas y, campo nacional y popular. Nosotros tenemos, los otros no. Y cuando ellos explotan por no tener, no tenemos problema en señalarlos con el dedo. Todas las sociedades tiene su chivo expiatorio y nosotros tenemos a nuestros "negros de mierda". Aunque tal vez, el verdadero problema sea nuestro egosimo.

01 diciembre 2013

El orgasmo intelectual

Hace un tiempo venía pensando el concepto y hasta lo compartí con no pocos. Sin embargo por esa cuestión de no hablar de cosas que rozan temas tabú, hice la más fácil: me auto-censuré. Así hasta hace unos días, cuando lo compartí con una ex-educanda que había demostrado heroico furor por la bibliografía dada y me dijo: "Yo pienso lo mismo". Las casualidades son preciosas. Y más sin son intelectuales. De todos modos, volví a guardarlo hasta que me crucé con La extraña no-muerte del neoliberalismo del profesor y sociólogo británico Colin Crouch que puso en palabras una serie de ideas que vengo pensando en el último tiempo. ¿Por qué no?

CROUCH, Colin (2012). La extraña no muerte del neoliberalismo. Buenos Aires, Capital Intelectual, p. 57.

Llamo Orgasmo Intelectual (OI) a la expresión escrita que plasma en un texto aquello que pensamos, aquello que sentimos. El OI pone en palabras nuestro espíritu, nuestra búsqueda infatigable de respuestas a las preguntas nos plantea a la vida daria.


"Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo."






















Los Orgasmos Intelectuales los son de dos tipos. El Orgasmo Intelectual Literario (OIL) es aquel presente en la creación ficcional y la producción artística. Lo encontramos en cuentos, novelas y poesías. Simplemente no podemos parar de leer. Son textos de nunca acabar. O releer. Un happy ending, personajes que desearíamos que fueran reales, un diálogo memorable, un suspenso impostergable. Son libros o frases que nos acompañan por siempre. Nos alegramos cuando alguien los menciona y están presentes en muchas de nuestras charlas. El OIL es democrático y popular. Cualquier persona alfabetizada puede tener acceso a ellos, si bien la complejidad puede hacer a algunas obras más exclusivas o menos disfrutables que otras. 

Un tipo que hace pensar. Gramsci luchó intelectualmente por un mundo mejor. Su camino para la felicidad de las mayorías era el socialismo. A causa de su ideología, Benito Mussolini lo envió a prisión: "Que ese cerebro no piense por 20 años". Durante los más de 10 años que estuvo preso escribió. Una de mis frases gramscianas favoritas: "Es de verdad admirable la lucha que lleva la humanidad desde tiempos inmemoriales, lucha incesante con la que se esfuerza por arrancar y desgarrar todas las ataduras que intenta imponerle el ansia de dominio de uno solo, de una clase o también de un pueblo entero”.

















El Orgasmo Intelectual Científico (OIC) es aquel que encontramos en los ensayos y en la producción científica (valga la redundancia). Está muy presente en las ciencias sociales y gran parte de su éxtasis se debe a las explicaciones de las problemáticas de la vida en sociedad; y a la solución que muchas de ellas plantean, claro. El pensamiento, la inteligencia, la sabiduría, la erudición y, por supuesto, su reconocimiento son motores para gozar los OIC. No sólo nos desenfrenamos con el contenido, sino con su autor. El OIC se transforma en un apellido que da respuestas. Respuestas a cosas importantes. Cada vez que hay un problema están ellos. Si el OIL nos habla de la existencia, la aventura, el amor y los miedos; el OIC está presente en el sufrimiento de las personas, la carencia, el futuro y la sed de justicia.

Por supuesto que podemos encontrar orgasmos intelectuales en una obra de arte, en una canción, en un paisaje, un viaje, un discurso. Son infinitos. En cada persona prevalecerá un tipo. 

Lo importante será reconocerlos, disfrutarlos y, por qué no, producirlos.

22 noviembre 2013

Gramsci en Argentina

En 1947 el escritor Ernesto Sábato lo presentó como uno de los “más puros héroes civiles” de Italia. Años más tarde el historiador británico Eric Hobsbawm lo definiría como “el pensador comunista más original de Occidente en el siglo XX”. A casi 80 años de su muerte, su obra sigue siendo leída y aplicada a nuestras sociedades.

De izquierda a derecha: Waldo Ansaldi, Giuseppe Vacca, Alberto Filippi y Eduardo Rinessi. Fuente: Istituto Italiano di Cultura
El pensamiento del intelectual socialista Antonio Gramsci está más vigente que nunca en Argentina y en las democracias post-neoliberales latinoamericanas. Por esta razón, el Istituto Italiano di Cultura, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la Fondazione Istituto Gramsci di Roma realizaron la primera “Semana de Estudios Gramscianos en Argentina” del 11 al 15 de noviembre.
En el primer día se presentó Vita e pensieri di Antonio Gramsci (1926-1937), que recoge el pensamiento del intelectual sardo durante sus años en la cárcel. El libro fue editado en 2012 por Einaudi y su autor, el presidente de la Commissione scientifica dell’Edizione Nazionale degli scritti di Antonio Gramsci, Giuseppe Vacca, fue invitado especialmente para estas jornadas junto a la académica Francesca Izzo.
El profesor de la Universidad de Camerino Alberto Filippi abrió la mesa explicando que el libro cruza los Quaderni del carcere –nombre que reciben las más de 2000 notas que Gramsci escribe en la cárcel con su epistolario, en “un juego positivo de espejos que se iluminan recíprocamente”, lo cual refuerza la importancia del intelectual sardo en la Sudamérica de hoy: “Pensó con gran relevancia innovadora, es un clásico y exige un pensamiento continuo porque sigue teniendo actualidad con el pasar de los años”.
Por su parte, el rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Eduardo Rinesi, subrayó que la obra de Vacca es una “investigación monumental”, especialmente por el análisis de las cartas de Gramsci con su amigo Piero Sraffa y su cuñada, Tatiana Schucht. “La idea de hegemonía no es ni meramente cultural ni meramente económica. La hegemonía es esencialmente política”, concluyó Rinesi sobre el principal concepto de la obra gramsciana.
El historiador Waldo Ansaldi no reparó elogios y agradeció al autor: “Es un libro formidable. Es la novela de una tragedia tensionada por el dolor. Pero también por el amor”. El profesor de la UNC explicó que Vacca muestra a un Gramsci “humano, de carne y hueso”, con una notable lucidez y que no deja de pensar en términos políticos.
“Para Gramsci cualquier proyecto de transformación revolucionaria de la sociedad debe ser a través del concepto clave de hegemonía, o sea la conquista de las conciencias antes de la conquista del poder. A Gramsci le resultaría desagradable la idea de asalto al poder”, explicó Ansaldi en uno de los mejores pasajes de la charla.
En el cierre, Vacca comenzó su devolución diciendo que no estaba sorprendido por la realización de estas charlas: “Porque estamos en Argentina, que junto a Italia es uno de los países donde Gramsci es utilizado de manera más creativa”. Tras destacar a intelectuales argentinos gramscianos como José “Pancho” Aricó y Juan Carlos Portantiero, explicó la complejidad de estudiar a Gramsci dado que el intelectual sardo posee un léxico propio, además de que nunca escribió un libro: sus obras son el resultado de la compilación post-mortem hechas por su camarada Palmiro Togliatti.
Las jornadas se completaron el martes en la Biblioteca Nacional con una mesa redonda sobre “Crisis y hegemonía, en tiempos de Gramsci y en los nuestros”, con la participación de Horacio González, Daniel Campione, María López, Alberto Filippi y Giuseppe Vacca. Del miércoles al viernes, se mudaron a Córdoba, cuna del pensamiento gramsciano en Argentina a partir del Grupo Pasado y Presente.
A casi 80 años de la muerte de Antonio Gramsci, la “Semana de Estudios Gramscianos en Argentina” es un ejemplo más de la amplia recepción del intelectual en el país y de cómo su pensamiento sigue siendo objeto de estudio y motor de pensamiento en las sociedades latinoamericanas del siglo XXI.


19 noviembre 2013

Cambio, juez

En este blog entendemos que el kirchnerismo es un proyecto de poder: hace y deshace por derecha y por izquierda acorde a la conveniencia política. Acorde a lo que suma votos.

Moreno, símbolo del kirchnerismo, seguido de cerca por el entonces campeón de kick boxing Jorge "Acero" Cali. Fuente: Cedoc.

Personalmente me alegro mucho de que se le haya roto el toto al kirchnerismo en las elecciones. Primero porque no soy kirchnerista y segundo porque cuando el kirchnerismo entra en una crisis de hegemonía es cuando, entiendo, mejor gobierna. Remember post-derrota de 2009. En cambio, cuando logra el aval de las mayorías, intenta llevarse todo por delante, busca ir "por todo". Cuando el kirchnerismo gana, nos muestra cuan grande la tiene.


Si el kirchnerismo hubiera ganado las elecciones, hoy no habría ningún cambio: el Gobierno habría dicho que la sociedad legitimó el rumbo. Si, encima, el porcentaje hubiera superado el 40 por ciento, nos habrían instalado el debate sobre la re-reelección de Cristina Kirchner. Ahora nadie toca el tema. Pero lo habrían hecho. I'm sure.

En cambio, el kirchnerismo perdió. Y vinieron cambios que eran necesarios. Desde la salida de Roberto Lavagna volvemos a tener un ministro de Economía. Para los sectores liberales Kicillof es el demonio: el Grupo Clarin ya está empezando a repetir que es "comunista". Porque, todo el mundo sabe, ser "comunista" es malo. Sin embargo, quienes creemos que no hay que dejar que la "mano invisible" regule el mercado, vemos con buenos ojos a este Doctor en Economía de la UBA. Ojalá lo dejen hacer y ojalá no se equivoque.

Otra bienvenida salida es la de Abal Medina de la Jefatura de Gabinete. Un académico boliviano que había sido su compañero en el doctorado me dijo una vez que era "brillante". Sin embargo como funcionario no paró de chicanear y gastar plata en propaganda. Dicho académicamente: un nabo. La llegada de (Milton) Capitanich significa la llegada del peronismo del Interior. Veremos.

No diremos nada de Moreno. Creemos que el kirchnerismo fanático se hace flaco favor defendiéndolo.

Con miras a 2014 y observando las reservas económicas que se parecen mucho a un reloj de arena vemos: 1) recorte de subidios y suba de tarifas (le recomendamos que comience a dejar de derrochar energía) y 2) salida a los mercados financieros y toma de créditos (¿como lo hicieron hace dos meses con el Banco Mundial?). Lo último significará una (nueva) contradicción en el kirchnerismo. Le recomendaríamos a la militancia que deje de fustigar a los mercados así no se comen otro sapo.

17 noviembre 2013

Anti-capitalistas

¿Anti-capitalistas? ¿Nosotros? No, señor. No somos anticapitalistas porque sabemos que la mayoría no toma en serio a los anticapitalistas. Los que están en contra del sistema son útopicos. Y las personas grandes (que olvidan que en algún momento fueron niños, diría alguien) no son utópicas. Son y deben ser serias. Los grandes usamos traje y corbata, no usamos ilusiones. Además, si no hubiera capitalismo, ¿qué habría? El mundo capitalista funciona. O al menos funciona para algunos, y nosotros estamos dentro de esos algunos. Entonces, para qué criticarlo. Como dice Zizek, es más fácil pensar el fin del mundo (el 12 de diciembre de 2012, por ejemplo) que en un cambio en el sistema económico mundial. 

Por eso decimos que de ningún modo somos anti-capitalistas... Somos humanos. Nos duele el hambre, nos duele la miseria. Y nos duele más la gente que se muere de hambre y se muere de miseria. Nos duele ver personas durmiendo en la calle. Las panzas vacías. Y también nos duele la explotación del hombre por el hombre. Nos duele la marginalidad, la falta de acceso a la educación. Las familias sin casas y los techos de mil estrellas. También nos duele los que comen la basura. Los chicos que trabajan en lugar de jugar. 

Nos duele, ¿vio? ¿Qué le vamos a hacer? Por eso podemos dejar de pensar que lo mejor que tenemos son nuestros celulares, autos y ahorros. Por eso podríamos ceder nuestro consumo por un mundo más equitativo. Y lo peor de todo es que un conjunto cada vez más grande de soñadores (no serios) creemos que un mundo más equitativo es posible. Y la salida para ello es, justamente, mi amigo, un mundo que critique al capitalismo.


Hambre, capitalismo e indiferencia: un niño sudanés desnutrido y un buitre al acecho. En 1993 el fotógrafo Kevin Carter ganó el Pulitzer por esta foto. Después de la premiación no resistiría el "¿Hiciste algo para ayudarlo?" y se terminaría suicidando.

28 octubre 2013

Cristina Kirchner perdió

Apostó todo a la Provincia de Buenos Aires. Eligió con el dedo a los candidatos, movilizó a los intendentes fieles, montó un aparato de propaganda formidable (Cuánta guita por Dios! Lo vi a Insaurralde hasta en la sopa), hizo y deshizo con fines electorales y se puso la campaña al hombro. Y perdió.

Perdió. Punto. En política se gana y se pierde. No es la muerte de nadie.


Así como el 54% no les daba derecho a todo, el 33% no les quita su legitimidad de origen. Son gobierno y lo serán hasta 2015. Y así deseamos que sea.

Las caras del kirchnerismo sin la conducción de Amado Boudou ni el acting. Fuente: DyN

En 2011 obtuvo el 54 por ciento y fue "por todo". A ese 54 sumémosle un 10 que no la votó, pero la apoyaba y esperaba que el 36 por ciento restante nos quedáramos callados. Los críticos progresistas la pasamos mal en 2011: fuimos "gorilas", "oligarcas" y nos pusieron el misma bolsa que a la derecha (NdeR: el "no existen derechas e izquierdas" es una frase de la derecha). Hasta lograron que en el júbilo electoral y la bonanza económica, algunos amigos endulzados con el consumo nos miraran como a garcas. Cuántos amigos nos criticaron en 2011 y después vinieron en 2012 a preguntarnos qué opinábamos sobre "el giro" del Gobierno. Perdonamos, pero no olvidamos.

Ayer perdió Cristina Kirchner y perdió un modo de hacer política. Perdió la prepotencia y el afán de poder. Perdió el "vale todo". Perdió el chamuyo, el tomarnos por boludos diciendo que no hay inflación ni inseguridad. Perdió la reforma electoral para permitir la re-reelección. ¿Alguien se preguntó que habría pasado si CFK volvía a ganar con más del 50 por ciento? ¿Cuánto habrían tardado los Diana Conti en decir que la gente votó por una "Cristina Eterna" y ameritaba una reforma? Perdió la corrupción. Perdieron lo que decían que los cacerolazos eran una minoría. Una minoría de egoistas que pensaban en su bolsillo. Perdió el fanatismo. Perdió la intolerancia. Tampoco somos ingenuos: estas derrotas no habrían sido posibles si no hubiera sido por el contexto económico.

El kirchnerismo mantiene y amplía su mayoría en el Congreso, pero el panorama político no sigue igual. Cambiaron las relaciones de fuerza y habrá que ver cómo este proceso sigue su rumbo de cara a 2015. Cristina Kirchner no tiene re-reelección y eso abrirá el juego de la sucesión dentro del kirchnerismo. Ahora se va a ver cómo juega cada actor. Se abre el espacio de la estrategia.

Una vez terminadas las elecciones y durante esta semana se dará la puja discursiva. Sólo miren las tapas de los diarios. La batalla política se da en el campo de los mass media y la opinión pública. El kirchnerismo desea instalar que ganó la elección a nivel nacional, mientras que los no kirchneristas intentarán instalar un abanico de opciones: desde la derrota al "fin de ciclo". Este escrito, y mucho menos su título, no es ingenuo y también busca sumarse a la puja de opiniones, a fines de construir interpretaciones.

Por último. Difícil saber cuál habrá sido la reacción de los amigos que apoyan fervientemente este modelo, pero ojalá puedan interpretar este resultado como un freno a la beligerancia y la confrontación permanentemente. Los críticos progresistas o de izquierda no somos "el enemigo". Ojalá puedan tomar algunas de nuestras críticas, pero, por lo menos, sepan que los acompañaremos cuando se debatan reformas estructurales que beneficien al pueblo. Como ya lo hemos hecho; y no lo quisieron ver.

25 octubre 2013

Una vida con menos miseria

¿Para qué hacer ciencia? Acá Bauman nos dice para qué hacer y escribir sociología.

"No hay nada menos inocente, nos recuerda Bourdieu, que el laissez-faire. Contemplar la miseria humana con ecuanimidad mientras se aplacan los remordimientos con el ritual invocatorio del credo NHA ('no hay alternativa') es ser cómplice. Los que, voluntaria o involuntariamente, comparten ese encubrimiento o, peor aun, la negación de la naturaleza -hecha por humanos, no inevitable, contingente y alterable- del orden social, y especialmente de la clase de orden que es responsable de la infelicidad, son culpables de inmoralidad... por negarse a ayudar a una persona en peligro. Hacer y escribir sociología pretende revelar la posibilidad de una vida social diferente, con menos miseria: una posibilidad de la cual se duda o se descree a diarios."




20 octubre 2013

Feliz día mamá

El 20 de agosto se cumplieron 11 años sin mamá. Si bien con 16 años me sentía grande, ahora con 27 siento que era bastante chico. El tiempo pasa rápido y para cuando tenga 32 voy a haber vivido más de la mitad de mi vida sin ella.

Mamá era una clasemediera que casi se recibió de arquitecta, pero dejó la universidad para trabajar; dejó de trabajar para nosotros, para mi hermano y para mí. Era medio hippie o al menos así me la describe una amiga. Hacía yoga, tai chi chuan; pintaba y también hacía las tortas de todos nuestros cumpleaños. A veces vestía ropa onda oriental. Cuando uso mis pantalones y cosas bolivianas, la amiga de mi mamá dice que le hago acordar a ella y eso me pone contento.

No sé cómo era mamá de joven, pero papá me dijo que un día la habían corrido los milicos cuando estaba en la Universidad. Mamá era buena y, a raíz de eso, me construí la imagen de que en los tiempos de juventud soñaba con un mundo mejor y luchaba, como podía, por ello. De algún modo, a mi modo, intento hacer lo mismo. Creo que estaría muy orgullosa viéndome de profe y si estuviera me encantaría invitarla a una de mis clases.

Por esas cosas de la vida mamá no vivió ninguno de mis logros, o de los que considero logros. O sea, estuvo... pero no estuvo. Sin embargo, en todos ellos me acordé de ella. Podría decir que la mayoría de las cosas que hago, las hago para que ella esté orgullosa. Y cuando hago algo que no está bien, y sé que no está bien, pienso que desde algún lugar me lo está reprochando.

Yo no sé si vale la pena escribir esto un día de la madre. No sé si vale la pena "dar lástima". Pero sí me parece que vale la pena decirles que disfruten a sus mamás, que disfruten la vida. Nadie tiene la vida comprada, nadie sabe qué puede pasar mañana.

Disfruten a sus mamás. Hagan felices a sus viejos. Nos dieron la vida y está bueno luchar día a día para que estén orgullosos de nosotros.

09 octubre 2013

La pirámide invertida del poder

En el periodismo existe una estructura básica para darle forma a una noticia: la pirámide invertida. La teoría dice que este es un modo de organizar jerárquicamente la información: lo más importante va arriba y luego vamos en orden decreciente hasta llegar al final. De este modo, la upside-down pyramid permite al lector saber lo más relevante del acontecimiento sin tener que leer todo el texto. Es un formato ideal para los tiempos posmodernos, donde los segundos se nos escurren entre los dedos.

En periodismo, la pirámide invertida organiza jerárquicamente la información. Fuente: www.de-3.com

Ahora bien, esta nota no propone dar un curso rápido de periodismo, sino, como tantas otras veces, implementar la teoría a la realidad, interrelacionando disciplinas, a pura prueba y error. Intentando hacer un aporte a la ciencia en general. Como todo aporte es cuestionable, claro. Si es así, bienvenido sea el debate.

A los fines teóricos es importante decir que, cuando hablamos de "pirámide invertida del poder" no nos referimos a una jerarquía decreciente, sino que utilizamos esta metáfora visual para graficar a las estructuras políticas e institucionales donde toda una organización depende de un vértice: a los colectivos que se basan exclusivamente en una persona. Sin esa piedra angular que sustenta el todo, la pirámide no existe, se cae. El conjunto se destruye. 

Justamente esto critica quien escribe a los Gobiernos "progresistas" de Sudamérica, más allá de que simpatiza con la mayoría de ellos: se presentan como movimientos de transformación colectiva que dependen de una única persona. Un oxímoron político. Sólo el PT en Brasil y el Frente Amplio uruguayo han podido sortear este escollo. El kirchnerismo ha pasado la posta de Néstor a Cristina por un imponderable, mientras que Rafael Correa y Evo Morales mantienen este rasgo. El ejemplo es la experiencia de Hugo Chávez.

Como todos sabemos, el tema omnipresente en estas horas es la operación de Cristina Kirchner. La preocupación obligada es la salud de la Presidente tanto humana como política e institucionalmente. Ahora bien, una vez superado este primer tema nos encontramos con la pregunta de quién conducirá los destinos del país durante su reposo. Lindo interrogante para un país cuyo futuro es un signo de pregunta permanente.

En este espacio decimos que el kirchnerismo ha sido “un proyecto de poder” que construyó pragmáticamente, sin hacerle asco a mucho (decir “nada” sería falaz, si bien ningún partido político no le hace asco a nada). En este proceso que ya lleva 10 años, Néstor y Cristina centralizaron el poder en sí mismos, primero en él y luego en ella.

Desde ya que no planteamos una crítica radical a esto, dado que si la toma de decisiones está “hiper-descentralizada” la gestión se volvería lenta e ineficaz, afectando al Ejecutivo. Cuestionamos los sapos de la real politik, pero tampoco somos ingenuos. Sin embargo, sí creemos que se verticalizó demasiado, al punto de tener personajes que demuestran no estar preparados para su puesto o tener provincias “acéfalas” (a modo de chicana, claro está) que dependen de la planificación nacional.

Entre estos personajes podemos citar en primer lugar al vice-presidente, Amado Boudou, quien llegó a ese cargo sin una historia que lo respalde (agregaría ideología y denuncias bastante verosímiles de corrupción, pero a quién le importa, ¿no?); al Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, cuyos papiros académicos (“Es brillante”, me dijo un intelectual boliviano y compañero durante su doctorado en la UNAM) chocan contra su labor de chicana constante; al Ministro de Economía, Hernán Lorenzino, de quien ni siquiera se sabe su proyecto económico; al Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien nos demuestra día a día que tenerla más grande no es sinónimo de buena gestión. 

Asoman sí tres figuras con peso en la vida institucional del país, pero con futuro incierto, a la espera de que Cristina decida su destino en la estructura de poder K: Daniel Scioli, que si bien podría tener vuelo propio, decidió enterrar la cabeza y recién la sacó cuando CFK lo necesitaba para no perder por paliza en la Provincia; el "Chino" Zannini, vital consejero presidencial y de opinión relevante para la toma de decisiones, aunque ignoto para la mayor parte de la sociedad; y finalmente Julio De Vido, ministro con mucho poder durante la presidencia de Néstor, pero con facultades recortadas ante la llegada de Cristina.

Podríamos seguir, pero no soy capo como para hacer un examen de gestión de cada ministerio. Lo que sí puedo asegurar es que ante la ausencia de Cristina Kirchner, nos encontramos ante la incertidumbre de no saber bien qué pasará. Esperando que Boudou no haga demasiado. En estos años el kirchnerismo nos ha enseñado muchísimo acerca de la construcción de poder. Pero también nos ha planteado varias dudas y juicios de valor que los teóricos de las ciencias sociales deberían responder o, al menos, ayudar a pensar.

Mientras tanto, esperamos que la Presidente se mejore pronto… Y que el neoliberal de Boudou no haga cagadas.


N de R: este post se escribe en el momento en que la Presidente está siendo operada. Por una cuestión de respeto, lo publicaremos una vez que lleguen buenas noticias.

04 octubre 2013

La ruta

No sé bien en qué momento fue, pero en algún momento de mi vida me enamoré de la ruta. No del asfalto que se calienta con el sol ni con el destino al cual conduce, sino de esa ruta que me hace pensar.

"La ruta y yo. Yo conmigo. Y una persona omnipresente". Fuente: http://natisanjuan.blogspot.com.ar/2011_08_01_archive.html

Los campos de trigo, los campos de soja. Los girasoles que nunca vi girar. Las vacas que pastan. Qué embole ser vaca y sólo pastar. Los pueblos perdidos y transitorios. Las puteríos que se anuncian con luces de colores y me recuerdan a la trata. 

De todas las rutas me gusta la de la noche. Con luces que informan el paso de otro auto. La oscuridad y yo mirando las líneas pasar. Por alguna razón que no sé, la ruta une pasado y futuro.

Las líneas del costado pasan una tras otra. Como la vida. Como los momentos. Como los amores. Como las sonrisas y los llantos. Todavía hay un montón de líneas por llegar.

Con la cabeza apoyada contra la ventana de un micro, amo ese momento en que los viajeros apagan sus luces. Cuando todos duermen estoy solo. Somos la ruta y yo. Pienso. Me pregunto, me respondo. Se acomodan unas ideas y se desordenan otras.

La ruta y yo. Yo conmigo. Y una persona omnipresente.

16 septiembre 2013

Barquitos de papel

No sé bien por qué, pero me encantan los días de lluvia. Tal vez porque gustamos de la melancolía, o porque el ruido de las gotas al encontrarse con el suelo nos hace pensar. O quizás por esa relación extraña que tengo con el agua y aún no entiendo. La cuestión es que me gustan.

Y, para ser sincero, espero, en algunos años, hacer barquitos de papel como ella me los hacía a mí. Fuente: Mario Gustavo

Hay un recuerdo de mi niñez que, a pesar de que los años pasan, no desaparece. Desde que soy chico vivo en un pasaje. Un pasaje que se inunda. Cuando llovía mucho me encantaba ver la calle llena de agua. "De bote a bote", como dice mi abuela. En esos días de gotas gruesas, la tradición era abrir la puerta y simplemente mirar llover. Eran días en los cuales se podía abrir la puerta. Un día mamá nos mostró cómo hacía un barquito de papel y se lo llevaba la corriente. Y a partir de ahí, los días de lluvia fueron días de barquitos de papel.

Nunca pude hacer un barquito y tampoco me importaba saber cómo hacerlos. Lo importante era que mamá los hiciera. Agarraba la hoja de papel, doblaba un lado, doblaba otro, pasaba una parte difícil y, de repente, el barquito aparecía. Mi acción simplemente era agarrarlo, salir a la calle y ponerlo en el agua. El barquito tomaba rumbo y lo seguía con la mirada o corriendo por la vereda hasta donde podía. Cuando desaparecía de mi vista o se lo devoraba el agua, volvía a pedirle a mamá un nuevo barquito.

Más de 20 años después aún no sé hacer barquitos de papel. Tampoco me desvela saberlo. Ahora los días de lluvia me fascinan en sí mismos. Escuchar la lluvia me llama a pensar, el traqueteo de las gotas me inspira a leer o a escribir, el olor a tierra mojada me contagia respirar. Sólo tuve un sentimiento contrario cuando una amiga me dijo: "Pensá en la gente que duerme en la calle". Confieso que me hizo sentir mal, pero aún así no pude odiarlos e hice un pacto con mi egoismo.

Simplemente me gustan. Tal vez sea porque son lindos para hacer el amor o porque son una buena excusa para unas tortafritas que hace rato no como. O porque el cielo gris nos muestra lo lindo que es estar en casa.

O quizás porque la lluvia lava nuestras heridas. Los días de nubes grises ayudan a dar una vuelta de página. A abrir las alas, renovarnos y volver a nacer.

O tal vez porque debajo de un cielo gris hay una pareja que se besa apasionadamente, mientras la lluvia los abraza. A ellos no les importa: un día de lluvia queda hermoso en una historia de amor.

Por lo que sea. Me encantan los días de lluvia. Y, para ser sincero, espero, en algunos años, hacer barquitos de papel como ella me los hacía a mí.

14 septiembre 2013

La entrevista

Hoy Cristina Kirchner respondió dos preguntas seguidas y eso ese noticia.

Cristina fue entrevistada por Adrián Brienza, un periodista K hasta la médula, que no le hizo ni una pregunta "difícil", salvo, tal vez, cuando le preguntó por quienes cuestionan su liderazgo. Pero igual así vale. 



Me quedo con esta frase, que me hizo sentir que tengo mucha cara de boludo: "La política no debe ser una cuestión de amigo-enemigo, ese es un concepto militar". Me parece tan falsa la respuesta, que Cristina la saca desde la nada. Para mí la tenía pre-armada a partir de que un gran sector de la sociedad entiende que el kirchnerismo ve a todo el que no piensa como ellos en un enemigo... Y que esto se reflejó en las urnas.

Con menos ironía, me parece que lo más interesante y sincero es cuando CFK intenta explicar qué es el kirchnerismo en el minuto 15. También sumo cuando Brienza le pregunta su relación con Perón en el minuto 22. Pero en esta segunda no creo que haya sido sincera: en la actualidad CFK no "reconoce" a Perón, sino que lo usa como mito político cada vez que el kirchnerismo tiene conflictos con su brazo peronista.

Al final, a todos nos vino bien que haya perdido el kirchnerismo.

13 septiembre 2013

Coincidencias

Hacía rato no sabía nada de ella. Me sorprendió con un mail. 

Me contaba que había leído esta nota y se había acordado de mí. No entendí qué tenía que ver con un cura que se parece físicamente a Jesús y le pregunté. 

"El periodismo ejercido desde y hacia la marginalidad, este nuevo Papa bastante progresista en una nota y combinados estos ingredientes entre líneas leí: Damián", me respondió. Le dije que no me convencía mucho la respuesta, si bien me había gustado que se acordara de mí, claro. Siempre es lindo que nos recuerden.

"Es probable que sea por muchas coincidencias ideológicas o humanas. O por las sonrisas". Fuente: www.mundovilla.com
Le agradecí con Crónica de una sonrisa y volvió a ensayar una respuesta para convencerme: "Desde un primer momento en que comencé a escuchar su clase no sentí lejanía alguna, como si ya lo conociera. Es probable que sea por muchas coincidencias ideológicas o humanas. O por las sonrisas".

"Las coincidencias ideológicas o humanas", repitió el Principito para acordarse. 

Le sacó una sonrisa y se la llevó a dormir.

07 septiembre 2013

Hoy me acordé

Hoy me acordé de cuando era muy chico e ir "al centro" era todo un acontecimiento. Me acordé también de la primera vez que vi a un nene sucio repartiendo estampitas en lugar de jugar o pasear como lo hacía yo. Me acordé de que le pregunté a mamá por qué. Me dijo que era "un chico de la calle" y que estaba trabajando.

"El corazón se me endureció. Ya no me cuesta ver a un chico pidiendo".  Foto: www.cubadebate.cu/fotorreportajes/2012/09/26/infancias-robadas/ 

Me acordé después de mis primeros viajes solo al centro para ir a la facu y a los nuevos trabajos. Siendo más consciente de la pobreza y el hambre, recuerdo cómo me dolía ver a los chicos trabajando o mendigando comida.

Ya hace 10 años que voy "al centro" diariamente. El corazón se me endureció. Ya no me cuesta ver a un chico pidiendo. Tampoco me cuesta decirle que no... si es que se lo digo. Tampoco me cuesta mirar para otro lado. La culpa no es mía.

Ojalá alguien lo pueda ayudar. O al menos que la vida no le duela tanto.

03 septiembre 2013

Crónica de una sonrisa

No recuerdo bien cuando empecé a ser consciente de mi sonrisa, pero seguramente haya sido señalada por un amor de verano, escondidos debajo de un amanecer. "Me gusta tu sonrisa", me dijo. A esa edad en la cual comenzamos a crecer y nos preguntamos de la vida, mientras caminamos a la sombra, descubrí que una sonrisa es una arma poderosa, contagiosa, de aquellas que pueden conquistar el mundo.

"La sonrisa es la madre de todas las batallas. Los que creemos en ello, simplemente sonreímos y despertamos sonrisas".                    Foto: https://dimequenofuesoloamistad.blogspot.com.ar

Consciente del poder de la sonrisa, comencé a sonreír más y hasta encontré una sonrisa en diagonal que causaba una hermosa reacción en el género femenino. La sonrisa se volvió costumbre. Encontró un parate allá por los 16 años, pero volvió a nacer como lo hace el sol cada mañana.

La sonrisa se convirtió en un hábito. Y una mujer me lo volvió a hacer notar. Ignota esta vez. Una de esas personas que nos duran segundos, pero quedan en la vida para siempre. Iba por la Avenida Córdoba, lo recuerdo. En esas primeras cuadras que son cuesta arriba. Era una mujer de clase media que me pediría dinero porque su sobrino estaba internado en el Garrahan y se estaban comiendo los ahorros. Me diría que ese día no había comido nada. 

Esta mujer venida del interior me lo dijo. Aún lo recuerdo: "Antes que nada, gracias por tu sonrisa. Llegué a Buenos Aires hace unos días y sos la primera persona que me sonríe".

Ahí comprendí que una sonrisa no sólo es poderosa y no cuesta nada, sino que también le hace bien a los demás. Mi hábito de sonreír se radicalizó más. Sonreía incluso por teléfono, consciente de que lo para-verbal se trasluce hasta por la línea teléfonica. Sonreía aún estando triste, al colectivero a la mañana, a laburantes cansados del colectivo. Compartía sonrisas instantáneas con mujeres, mientras pensaba cómo pasarles el teléfono. Sonreía también con hombres dispuestos a sonreirles a otros hombres, sin creer que por eso ponían en duda su hombría.

Copiando a mi viejo, sonreí a los nenes que me cruzaba en la calle, aún sin adquirir esa consciencia de padre que ve ternura en los ojos de un niño. Sonreí cuando daba una moneda; después de putear cuando pisaba una baldoza floja. Sonreí bajo la lluvia y hasta cometí la estupidez de empapar un traje debajo del aguacero recordando mi niñez. Intenté sonreír viajando de noche en la ruta, cuando la melancolía del pasado y las incertidumbres del futuro se hacen presentes. 

Una suiza que me acompañaba hasta la madrugada me enseñó a sonreír de modo digital. Entre otras cosas. La primera vez que vi la carita me pareció ridícula y hasta me molestaba verla en formato horizontal. Sin embargo, la comencé a incorporar repetitivamente en todos los formatos de chat. Cómo no decirle al otro que le estamos hablando sonriendo.

Sonreía. Simplemente sonreía.

Ahora, cuando no sonrío no soy yo. Cuando no sonrío me preguntan si me pasa algo. Sonrío por mí y sonrío por los otros. No sé si al resto le importa, no sé si el resto hace algo por hacerme sonreír. Simplemente sonrío. A veces la tristeza toca la puerta. En esos momentos me cuesta encontrar la sonrisa, pero la sonrisa es una filosofía de vida.

La sonrisa es la madre de todas las batallas.

Los que creemos en ello, simplemente sonreímos e intentamos sacarle una sonrisa al mundo.


02 septiembre 2013

"Después se quejan porque les roban"

"Después se quejan porque les roban", o algo así escuché que le tiró un tipo al chofer del 37, mientras agarraba a un nene y una nena de entre 3 y 5 años. Instantáneamente otro flaco que iba sentado en los asientos de adelante le dejó su lugar y se fue para el fondo. No entendí bien por qué arrancó la discusión y me preguntaba qué habría dicho realmente porque nadie puede tirar eso en voz alta.


"Después se quejan porque les roban. Agradecé que esoy con los nenes". Foto:  https://unavionquenodespega.blogspot.com.ar

"Después se quejan porque les roban. Agradecé que estoy con los nenes", escuché clarito esta vez que le decía el tipo al pelado que manejaba el 37, mientras se sentaba en el asiento cedido con sus hijos, que no llegaban a los cinco años.

"¿Después se quejan porque les roban?", me repetí para adentro, mientras repasaba mi clase viajando en el colectivo que va de Lanús a Ciudad Universitaria. Recordé que había escuchado esa misma frase con 16 ó 17 años, caminando por una calle oscura rumbo a un boliche. Un pibe nos dijo eso cuando le respondimos que no teníamos "un cobre". Esa vez corrimos. Esta vez permanecí sentado, mientras me preguntaba que debía hacer "como hombre".

"Después se quejan porque les roban", recuerdo ahora que le dijo ese flaco a quien manejaba el 37. Y pienso que no está bien que un tipo le grite eso a los cuatro vientos a otro, como si fuera algo que el chofer del 37 se mereciera o, por lo menos, algo "no-malo". 

Tal vez porque soy egocéntrico y observo al mundo desde mi mirada, pero la verdad que yo nunca le diría eso a otro, no sin al menos ponerme colorado. Y pensando rápido nunca escuché a alguien vociferar públicamente eso.

¿Desde cuándo alguien dice "después se quejan porque los roban" sin que se le caiga la cara de vergüenza?

Mientras la frase sigue en mi cabeza me pregunto por la vida del tipo. En qué contexto habrá nacido. Si efectivamente es chorro. Pienso también en sus hijos, qué les esperará con un padre que amenaza a viva voz.

Simplemente recuerdo y me pregunto.

Acumular y concentrar

En Del espíritu de las leyes (1748), Montesquieu plantea una idea que trascenderá hasta nuestra época: "Todo hombre que tiene poder se ve impulsado a abusar de él, y llega hasta donde encuentra límites". A partir de esta premisa, arribará a una interesante y novedosa conclusión: "Para que no se pueda abusar del poder, es necesario que por la disposición de las cosas, el poder detenga al poder". 

La división de poderes será la consecuencia de esta idea dieciochesca.

Siguiendo a Montesquieu, a los federalistas y a la memoria histórica, algunos pensamos que quienes concentran poder, tienden a abusar de él a fines de imponer su voluntad particular, incluso, en detrimento de los intereses de la mayoría. Por esas casualidades históricas, en Argentina estamos viviendo el debate sobre la concentración de poder y sus límites en dos campos no tan distantes: la política y la comunicación.


Montesquieu: "Todo hombre que tiene poder se ve impulsado a abusar de él, y llega hasta donde encuentra límites".

Desde hace 10 años el kirchnerismo es el poder hegemónico en la Argentina. Sólo tuvo un tropezón en 2009 que supo sortear rápidamente a base de buenas políticas y gestión. La victoria del 54 por ciento de 2011 aceleró su afán de poder con el "vamos por todo", que en en los últimos meses se transformó en un avance sobre la Justicia y la reelección indefinida. El proceso de acumulación de poder K tocó su pico con el "Cristina eterna", que tras la derrota legislativa buscaron convertir en un invento mediático ajeno al deseo oficialista.

Desde hace décadas el Grupo Clarin viene comprando medios en el campo de las telecomunicaciones. Nacido durante el peronismo, el diario que supo ser la voz del desarrollismo se terminó convirtiendo en un multimedios que domina el mercado de la televisión, la radio, la prensa escrita y la producción de papel de diario. Ya en tiempos kirchneristas se quedó con el negocio del cable. Todos sus medios en conjunto le permiten a Héctor Magnetto y a Ernestina Herrera de Noble tener una gran capacidad de acción para imponer su discurso y construir así una visión de la realidad que llega a millones de argentinos. De más está decir que esta mirada de la realidad nunca va en detrimento de sus intereses privados.

Quienes estamos en contra de la concentración de poder, creemos que hay que ponerle límites. Que se entienda: no queremos un Gobierno impotente, dado que el partido al frente del Poder Ejecutivo debe ser capaz de llevar a cabo sus políticas. Pero en este juego dialéctico de sumas y restas, el poder no debe ser excesivo ni abusivo en pos de beneficiar un interés particular.

Habiendo dicho esto, podermos decir que agosto de 2013 podría pasar a la historia como el mes en que la sociedad argentina le puso límites a dos poderes hegemónicos.

Por un lado, las reglas de juego de la democracia le pusieron un freno a la acumulación de poder del kirchnerismo. Los mismos votos que le dieron un cheque en blanco a CFK para hacer y deshacer con el dedo, hoy le están poniendo un freno. Veremos qué ocurre en octubre, cuando las elecciones definitivas marquen el resultado final. Pero todo indicaría que el kirchnerismo perdería por 10 puntos.

Por otro lado, en la última semana, las reglas de juego de la república dieron un nuevo paso para que se aplique plenamente la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y que finalmente Clarin inicie el proceso de adecuación y desinversión, o sea, que tenga menos medios. Una ley nacida de la sociedad civil, impulsada por el Poder Ejecutivo, votada por el Poder Legislativo y avalada por el Poder Judicial sería un cuarteto republicano fantástico para ponerle freno a uno de los mayores pulpos mediáticos del mundo. 

Si la Corte Suprema de Justicia falla a favor de la Ley de Medios (o sea, en contra de Clarin) después de una derrota kirchnerista en las urnas creo yo que los jueces del Supremo Tribunal habrán jugado un papel histórico inconmensurable en el trajín diario. Más si sumamos la inconstitucionalidad de algunas de las reformas a la Justicia llevadas a cabo por la mayoría cristinista en el Congreso.

Estamos viviendo uno de esos momentos históricos en los que el tiempo se acelera. Si la sociedad y sus instituciones le ponen freno al poder político y al poder mediático se habrá dado un nuevo paso en la construcción de la democracia.