26 diciembre 2014

Paulo Freire, el ser humano y la inserción en el mundo

Hay veces que los intelectuales son tan, pero tan claros que no hace falta agregar ningún comentario. Con desgrabar y pegar basta. Les comparto un pasaje claro, clarísimo, del gran pedagogo brasileño. Una postura crítica frente al mundo que ha hecho mella en muchos de los que hoy nos dedicamos a la educación.

“Indiscutiblemente, desde el punto de vista biológico, tal vez ningún otro ser haya desarrollado una capacidad de adaptación a las circunstancias mayor que la del hombre y la mujer.

La adaptación en un ser humano es apenas un momento para que lo que yo llamo ‘su inserción'. Es decir: ¿cuál es la distinción que hago entre ‘adaptación al mundo’ e ‘inserción en el mundo’? La distinción es la siguiente: que en la adaptación hay una adecuación, hay un ajuste del cuerpo a las condiciones materiales, históricas, sociales, geográficas o climáticas. Y en la inserción lo que hay es una toma de decisión en el sentido de la intervención en el mundo. 

Por eso mismo rechazo cualquier posición fatalista delante de la historia y de los hechos. Yo no acepto, por ejemplo, expresiones como: ‘Es una pena que haya tantos brasileros y tantas brasileras muriendo de hambre, pero, al final, la realidad es esa misma’. ¡No! Yo rechazo como falsa, como ideológica, esa afirmación. Ninguna realidad es de esa manera. Toda realidad está ahí sujeta a la posibilidad de nuestra intervención en ella.

(…)

Para mí, una de mis preocupaciones, una de las razones de mi lucha, una de las razones de mi presencia en el mundo es exactamente la de que, como educador, yo puedo contribuir a un posicionamiento crítico ante la posibilidad de la pasividad. Para que se vaya más allá de esa pasividad, a lo que llamo de “posturas rebeldes” y de posturas “críticamente transformadoras del mundo”.


25 diciembre 2014

Memorias de fin de año

O sobre los videos garcha de Facebook.

Existen años "excelentes", años de mierda y años ni-fu-ni-fa. Y son todos igual de importantes y necesarios. Los malos nos hacen valorar los buenos, y estos últimos son el resultado de haber podido surfear los otros. Entonces, mi amigo, si éste ha sido un buen año disfrútelo y guárdelo en la memoria. Y si ha sido un mal año, póngale huevo porque aquí está sembrando lo que va a cosechar.

20 diciembre 2014

El querido Miguel Ángel

Al igual que muchos, tuve la suerte de conocer al profesor Forte en la maestría de FLACSO. Al igual que tantos me fui dejando seducir -intelectualmente, claro- con su boina y, sus heterodoxos y sabiamente desprolijos pizarrones. Pero, sobre todo, guardo el recuerdo de una clase que terminó de conmoverme. Mi amigo Leonardo, el “chileno-marxista”, como me gusta llamarlo, comenzó un monólogo en el cual criticaba al sistema capitalista y nos hablaba de su -nuestro- querido marxismo. De pronto se detuvo:

- Perdón, estoy hablando mucho y no quiero…

- Tranquilo, en este momento estás dando vos la clase - respondió Miguel Ángel con mirada atenta.

Y mientas a diferencia de mi amigo Leo pensaba que el sistema comunista también es no-amigo de la Madre Tierra, me quedé con esa última frase: “¿Cómo un profesor de Maestría del conocimiento de Forte le decía a un alumno que él daba la clase, que él le enseñaba?”. Hago una aclaración: mi lectura era la de un pibe de clase media del Conurbano criado y educado para obedecer y respetar la autoridad en todas sus formas. Un digno exponente de los aparatos ideológicos del Estado al que de repente le enseñaron que era posible desobedecer y cuestionar no sólo a las partes.

Como esos buenos profesores que lo mejor que dan no es la teoría, ahí me cayó un ejemplo precioso de lo que nos legó Paulo Freire. Ahí decantó la horizontalidad del aula y el diálogo entre educadores y educandos.

La cuestión es que en algún momento construí una amistad con este hincha de San Lorenzo y aquí les cuento lo que pasó el otro día.

De izquierda a derecha: Lucas Rubinich, Miguel Ángel Forte, Norma Giarraca e Inés Izaguirre. Foto: Silvia Pérez Fernández.

La carrera de Sociología de la UBA se despidió de la histórica sede de Marcelo T. de Alvear 2230. O “Marceloté”, como la llaman ellos. Son la última carrera de Ciencias Sociales que se muda al nuevo edificio único de Constitución. Y mi amigo Miguel Ángel me invitó.

Como cada vez que lo veo, levantó sus brazos tras saludar a Norma Giarraca. “Nunca cursé en la UBA y es la primera vez que piso esta sede”, advertí. “Pero estás acá”, completó con su clásica sonrisa. El aula magna Rodolfo Walsh se llenó con media hora de retraso: justo la hora en que San Lorenzo jugaba el tiempo suplementario con un ignoto equipo de no sé dónde. Algo muy raro para un fanático de los Cuervos. 

Al lado del profesor Forte se sentaron el especialista en Sociología de la Cultura y profesor de Sociología General, Lucas Rubinich; la profesora de Sociología Rural y coordinadora del Grupo de Estudios Rurales del Instituto Gino Germani, Norma Giarraca; y la Profesora Consulta de la materia Teoría Sociológica y autora de Lucha de clases, guerra civil y genocidio en argentina 1973 - 1983, Inés Izaguirre.

Los sociólogos de la UBA se reunieron para despedirse del edificio de "Marceloté". Foto: Silvia Pérez Fernández.
“Tengo que agradecer este honor de formar parte de esta brillante línea de cuatro en la que voy a jugar de volante por derecha. Un volante creativo. Y como aquel cuento de Fontanarrosa en que para evitar ponerse nervioso con el clásico Rosario - Newell’s me está pasando lo mismo con San Lorenzo que juega con ‘los canguros’ y está yendo al alargue”, arrancó Miguel Ángel. Y las risas acompañarían toda su presentación.

“Yo no estoy contento”, se sinceró luego de la intro futbolera. Después de tantos años “Marceloté” es como su casa y no quiere irse al edificio único, a pesar de que un ventilador casi le arranca la cabeza a su ayudante. Para él la situación es hegeliana: “Los objetos se valorizan cuando se pierden. Y nada es más dulce que un recuerdo; y lo más real es un recuerdo, como decía Lorca”. Y el volante creativo comenzó a tirar magia:

“Yo estoy convencido de que esta es la mejor carrera de la facultad. La mejor carrera de la Universidad de Buenos Aires. Y la única carrera científica que tiene la facultad. Que si bien no todos los intelectuales de fuste están en esta carrera, todos los que estamos en esta carrera somos intelectuales de fuste. Razón por la cual siempre vamos a jugar de local. Ahora yo propongo que cuando nos vayamos de acá, miremos más hacia el futuro, que es el pasado. Esto es tener una actitud definitivamente imperialista en la nueva sede. Para tratar de tener muchas materias optativas, tenemos que entrar a afanar alumnos de las otras carreras. Explicando con detalle que Sociología es la mejor. Éste es el plan que yo tengo y lo quiero llevar a cabo porque no quiero discutir más por qué no puede darse una materia más en esta carrera”.

Recordó la co-dirección masiva y la dirección solitaria, y la “nueva hegemonía” de la que forma parte y con la que realizó el “golpe de Estado jacobino”. Y agregó que era una tristeza dejar “Marceloté” dado que había muchos recuerdos entre esas paredes. Cuando las risas mermaron un poco, arremetió con un final épico:

“Mirando hacia el futuro, vamos para adelante con toda la fuerza que siempre nos ha caracterizado y no me cabe la menor duda que la paz en la que en este momento está Santiago del Estero se va a terminar cuando los quilomberos -más quilomberos- de esta carrera, de esta facultad y de esta universidad, IRRUMPAMOS, TOMEMOS Y AFANEMOS A LOS ALUMNOS QUE, TODAVÍA, DE MANERA EQUIVOCADA, HACEN CARRERAS TECNOLÓGICAS.”

El cierre de Miguel Ángel quedó ahogado entre las risas y los aplausos del auditorio. Cedió el micrófono a Norma Giarraca, pero yo me lo quedé mirando. Como ex estudiante. Como admirador. O ya como un amigo. O como a uno de los modelos de profesor que elegí copiar. Con mis ojos vi a los suyos recorrer la sala llena, su última vez en el aula Rodolfo Walsh, y emocionarse con las palabras de sus compañeros de años.

Inés Izaguirre cuenta anécdotas y el resto sonríe. Más tarde, Lucas Rubinich concluiría: "La sociología enseña a desobedecer".

Miguel Ángel es un tipo que construye diálogo, desobediencia y pensamiento crítico. Mejor dicho, es un tipo que te da la oportunidad de construirte en el diálogo y el pensamiento crítico, y volverte desobediente. Es un loco lindo que muestra las secuelas de haber militado desde la academia por un mundo mejor. Un mundo que probablemente no encontró y espera que sus educandos encuentren. ¿O será que tampoco nosotros lo encontraremos? La cuestión es que Miguel Ángel hace con sus estudiantes lo que gustó que hicieran con él.

Y lo mejor es que lo hace con coherencia, humildad y generosidad.

Esos tipos no abundan. Y hay que cuidarlos.

Gracias Miguel Ángel.


22 noviembre 2014

Norma Bustos

Nunca supe quién era Norma Bustos hasta hoy.
Y tampoco sé mucho.
Hoy informan que un sicario enviado por el narcotráfico la mató.
Se hizo pasar por cliente. La mató de tres tiros. Mientras trabajaba.
Mataron a una madre.
A sangre fría.
Bien de cagón.
Y la asesinaron por haber denunciado a los narcos que mataron a su hijo.
Y porque la dejaron sola.

Los verdaderos héroes no usan pistolas.
Ni están inundados de fama y riqueza.
Nuestros orgullos no están en el poder.
Nuestros héroes nacen de la tierra y el pueblo.
Ponen el cuerpo día a día.

Y los mártires siembran luchas.
Y las mártires se multiplican por mil.


"A mí no me importan que me maten, si yo ya lo perdí todo. Me mataron a mi hijo, se murió mi marido, ¿qué más me pueden sacar?                 Yo estoy vacía. Si el infierno existe, yo vivo en el infierno desde que me mataron a mi hijo". Fuente: La Capital

09 noviembre 2014

El trabajo, los cuerpos y la infelicidad

Eran las 8 de la noche. Recién salía del trabajo. Orgulloso. Había entrado a las 9 de la mañana. Casi 11 horas trabajando. Y me crié con la premisa de vivir para trabajar. 

Subí al colectivo que me llevaba a casa y me crucé a una amiga. En diez años de amistad, nunca la había visto con tantas ojeras. Estaba muerta de cansancio. "Pobre", pensé. Me contó que estaba con mucho laburo y estudio. Pero en un momento no la pude escuchar más. Me di cuenta de que ella era mi reflejo. Estaba ella -estaba yo- gastando su -mi- cuerpo por algo que no le -me- hacía feliz. 

Al otro día salí a las 6 de la tarde. Como todo el mundo. La cola del colectivo interminable. La espera. Un conjunto de cuerpos cansados e infelices nos metimos por la fuerza al bondi. La fortuna era tener un asiento para poder leer. O poder hacer dormir al cuerpo gastado. Y al otro día lo mismo. Y al otro día lo mismo. 

Y en un momento me di cuenta de que en el futuro quería vivir de algo que me hiciera feliz.

08 noviembre 2014

Brasil ajusta

Llegando a fin de año y a un mes de que su presidente, Dilma Rousseff, haya sido reelecta por sólo tres puntos frente al opositor Aécio Neves, el panorama de Brasil no es nada bueno:

a. inflación del 6,75%
b. superávit fiscal primario del 0,61% en los últimos doce meses
c. crecimiento previsto del "cerocomaalgo" -0,9 Gobierno, 0,6 Banco Central y 0,25 para los mercados- para 2015

Frente a esta perspectiva, Brasil anunció un ajuste económico en subsidios sociales que se suma al aumento del 3% diesel y 5% de la gasolinaPor su parte, el panorama de Argentina es aún peor: a) inflación de alrededor del 35%, b) déficit fiscal de 6 ó 7 puntos del PBI y c) recesión.


Ajuste. Se veía venir en Brasil. A partir de nuestro mal manejo macroeconómico, se ve venir en Argentina. Foto: Télam.

El ajuste en Brasil significa menos consumo de los hermanos brasileños y, por lo tanto, impactaría en nuestras exportaciones hacia ese país. Claro está que, al caer nuestras ventas al exterior, genera menos actividad productiva en nuestra industria y, por lo tanto, suspensiones y despidos. Y si encima Brasil sigue devaluando nos va a meter más presión en la política cambiaria.

La decisión que toma Dilma es la misma que en algún momento va a tomar Argentina producto del mal manejo macroeconómico de la dupla Cristina Kirchner y Guillermo Moreno en los últimos años: pensemos que de Roberto Lavagna a Axel Kicillof prácticamente no tuvimos un ministro de Economía independiente. Un retoque en la economía será el resultado del derroche de recursos -en lugar de la inversión social inteligente- tan festejado por tantos amigos.

Se veía venir en Brasil. Y se ve venir en Argentina. O en 2015 CFK pacta con el próximo Gobierno, deja de derrochar los recursos e implementa una política inteligente de subsidios y paga el costo político -cosa que nunca hizo-; o no paga el costo político y lo hace el próximo Gobierno, y después la persiguen a CFK & Cía. por causas de corrupción en la Justicia.

Vayan haciéndose la cabeza de que el pasaje de bondi y las tarifas van a seguir subiendo.


Nota de marzo de 2016 

Casi un año y medio después de haber escrito este post estoy bastante conforme con el panorama previsto. En efecto, Cristina Kirchner no hizo las correcciones necesarias para tener una economía sustentable a largo plazo de modo paulatino y la situación actual de la macroeconomía es bastante mala. Mientras tanto, las causas del kirchnerismo en la Justicia avanzan a paso firme: cría cuervos y te comerán los ojos.

Mi error de cálculo -y mi autocrítica- fue creer que la sucesión al Gobierno de Cristina Kirchner sería por la centroderecha -representada en ese momento por el candidato oficialista Daniel Scioli y el opositor Sergio Massa-, en lugar de la derecha cuyo candidato ganó y es el actual presidente: Mauricio Macri. De este modo, en lugar de correcciones graduales que no impacten fuertemente en las clases desfavorecidas se hizo un ajuste en términos neoliberales: devaluación del 60 por ciento, aumento de precios de los alimentos, despidos en el sector público y privado, y enfriamiento económico.

Por otro lado, el costo del ajuste estuvo mal distribuido: mientras el campo y la minería, se vieron beneficiados por la quita de retenciones a las exportaciones, las clases medias y bajas vieron aumentar los precios de los alimentos y la luz con sueldos del años pasado. Si es que no sufrieron uno de los 100.000 despidos en el ámbito público o privado.

Asimismo, los supermercados y los comercios se beneficiaron con la devaluación y el descontrol de precios, obteniendo rentabilidades extraordinarias. Finalmente, la clase media o media-alta tuvo su zanahoria con la devolución del 35% por compras y viajes al exterior: ¿a quién no le gustaría que le entren cuotas de seis lucas sin haberlas trabajado y pensando que nunca las iba a recuperar? Aquí hay un apoyo vital para Mauricio Macri.

Mi última autocrítica -y la que más pena y bronca me da- es que posts como éste le han permitido al macrismo, inflar y exacerbar el imaginario sobre la necesidad brutal de un ajuste. Ajuste que lo están sufriendo lo que menos tienen.

04 noviembre 2014

No sea plagero

“Vos sos un botón,
nunca vi un policía tan amargo como vos”
Flor de Piedra

Cuando comencé a ser profesor, nadie me explicó qué hacer con el plagio ni cómo evitarlo. La primera vez que encontré uno, simplemente me sorprendió que alguien pudiera haber derrochado tiempo haciendo algo mal. Bien de mediocre. A los cinco segundos, cuando pensé que había perdido tiempo, me calenté. Y me calenté mal. Tanto que sentí mucha gratificación en ponerle un 1 (uno) y mandarlo a recursar. “Vos me tomás por boludo y yo me pongo en forro”, pensé birome roja en mano. A partir de allí, encontrar plagio fue orgásmico.

"Vos me tomás por boludo, yo me pongo en forro", pensé birome roja en mano. Foto: Diego Andrés Barrera

El plagio es el opio de las monografías y los trabajos prácticos; el mal académico del siglo XXI con la proliferación de TODO en internet. Existen estudiantes que en lugar de ponerse a laburar prefieren lo fácil. No se dan cuenta de que se joden a ellos mismos. Que todos estos trabajos que les enviamos son elementos que buscan anticipar una futura práctica profesional. Y si no es así, por lo menos se sume a su lista de esfuerzos -sangre, sudor y lágrimas- de los cuales se llenarán de orgullo en el futuro. Pero no. Van por la fácil.

En La política como profesión (1919), Max Weber definió al Estado como "una comunidad humana que reclama (con éxito) el monopolio legítimo de la fuerza física en un territorio determinado". En sintonía con esta superestructura del capitalismo, en el aula también reclamo el uso de la violencia simbólica: “Ustedes pueden copiarse en los parciales y los trabajos prácticos, pero si los descubro, recursan”. Yo siempre fui muy boludo para copiarme, pero otros lo llevan a cabo como un arte. Por eso lo planteo como “un juego”. No sé si el gato y el ratón, pero ponele. Desde ahí que celebro cada machete encontrado. En el momento es algo incomodísimo que el estudiante no se imagina. Pero después lo festejo como el gol de Palermo contra Perú.

Sin embargo, la culpa cristiana de la escuela me persigue y me pregunto cuán correcto es mandar a recursar a alguien por un error. Todos cometemos errores. ¿No es mucho? Y ahí me veo hace años, en el aula de la universidad, recordando cómo me mataba estudiando, mientras una compañera se copiaba a dos manos en todos los parciales. Era injusto. Por si me quedaba algo de ruido, mi hermano me ayudó un poquito más: “Copiarse es como ir a la guerra. Vos sabés a lo que te exponés. Si te copiás y te agarran, bancátela”.

Y es entonces que pienso que el plagio y el machete son prácticas que deben ser erradicadas del aula, que premian a los vagos y desincentivan a los que se esfuerzan. Y por si fuera poco, además le hace mal a la ciencia. Y amamos a la ciencia.

Me vuelvo gramsciano y pienso que la lucha contra los diversos modos de hacer “trampa” debe avanzar como una “guerra de trincheras”. Que si en los primeros años de la universidad avanzamos duro con esto es posible que los graduados sean personas que ni se les cruce por la cabeza hacer algo incorrecto. Quienes agarramos a los educandos ni bien salidos de la secundaria -cuando creen que el mundo de la vida pasa por wikipedia-, debemos hacerles incorporar la disciplina del “no hay que copiarse” como el panóptico de Foucault. Y ahí llego al teórico francés tan de moda y pienso: “Bajá un cambio, pibe”.

Sin embargo al ratito vuelve la ofensiva. El plagio es un delito. Recuerdo el caso del ex ministro de Defensa alemán que tuvo que renunciar en medio de la ignominia de haber hecho plagio en su tesis doctoral. Dos años después pasaría lo mismo con la ministra de Educación. Me acuerdo de Jorge Bucay que, tras volverse un psicólogo prestigioso por sus libros de auto-ayuda, se le descubrió no sé cuántas páginas copiadas.

Recuerdo que recuerdo y pienso que pienso, que no quiero que mis educandos puedan pasar en algún momento por lo mismo. Quiero que sepan que está mal copiarse. Que es antiético. Quiero que valoren el esfuerzo. Que es mejor equivocarse y aprender, que robar una producción ajena. Pienso. Es mejor hacerlos recursar ahora a que mañana se coman la vergüenza popular o un flor de quilombo por plagio. Y partiendo de esa premisa, estoy convencido de que ser un vigilante y bochar, es mejor que ser un copado y dejar pasar.

Es más laburo. Más tiempo de corrección. Pero así aportamos un granito de arena al futuro.


12 octubre 2014

El problema del indio

Hace ya casi 100 años que el intelectual José Carlos Mariátegui escribió sus Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana que tanto nos han ayudado a comprender la vivencia indígena en nuestra América: “El problema del indio es el problema de la tierra”. En la Argentina del siglo XXI esta máxima sigue igual de vigente que en el Perú de finales de 1920.


El pasado 9 de septiembre la Universidad del Salvador (USAL) organizó, junto al Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (ENDEPA), sus Primeras Jornadas Indígenas a 20 años de la reforma constitucional de 1994 que incluyó por primera vez los derechos de los pueblos originarios en el artículo 75 inciso 17. Todos los expositores coincidieron en afirmar que la principal problemática de las comunidades sigue siendo la disponibilidad de tierra y territorio, seguido de cerca por el derecho a consulta previa sobre la gestión de sus recursos naturales.

Gobierno nacional, provincial y empresas privadas conforman un triángulo de intereses políticos y económicos en detrimento de la vida indígena. A ellos se suman los medios de información que, ya sea por la pauta publicitaria o por la agenda de noticias que priorizan, no le dan espacio a este avasallamiento institucional sobre los pueblos.

Si bien las comunidades qom, wichi y mapuche son las que más resistencia han mostrado, los problemas afectan a todo el mundo indígena: expansión del monocultivo de la soja, la industria petrolera y Vaca Muerta, expropiación de tierras por parte del Estado o el capital privado, y las madereras irrumpen en su territorio.

El modelo extractivista está matando a nuestros pueblos originarios que encuentran en la Madre Tierra sus alimentos y sus medicinas. Resulta difícil percibirlo desde una lógica occidental, pero la cosmovisión y la vida india descansan en su vínculo con la naturaleza. Contaminar los suelos y los ríos, el desmonte y la explotación de bosques son modos de matar a los pueblos.

Fue justamente con el objetivo de crear consciencia sobre el imperativo ético de respetar los Derechos Humanos de los pueblos indígenas que la USAL ha decidido llevar este debate al ámbito académico. Fue una novedad. Y una novedad bien recibida por los más de 300 estudiantes y profesores que aplaudieron las palabras del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas; el qarashe de la Comunidad Qom, Félix Díaz; el periodista Darío Aranda y el profesor de sociología Miguel Ángel Forte.

Las universidades públicas han llevado siempre la delantera en materia de contenido social, mientras que las privadas se han replegado en la formación profesional y en la construcción del imaginario del éxito. Sin embargo, cuando se discute con los estudiantes las problemáticas sociales y las diferentes realidades, los profesores se encuentran con que estos temas tienen un interés superlativo para los educandos. El dolor y la solidaridad con los que sufren, al fin y al cabo, forma parte del ser humano.

Hace menos tiempo, el maestro Paulo Freire nos dejó un legado al comienzo de su Pedagogía del oprimido: “A los desharrapados del mundo y a quienes, descubriéndose en ellos, con ellos viven y con ellos luchan”. Bienvenido sea que cada vez más educadores y educandos se sumen a esta consigna.


10 octubre 2014

La abuela Argentina

No sé bien cuándo fue que comencé a preguntarme qué era. Como todos, construí mi historia. Ahora, cuando alguien me pregunta qué soy, comienzo a contar mi historia a partir de la abuela Argentina.


Confieso que me gusta decir que soy el nieto de una provinciana que tiene sangre india y que se le ilumina la cara
cuando habla de 
Evita. Que en la pobreza crió tres hijos a base de huerta, mate cocido y pan.

Como buen resultado de los aparatos ideológicos del capitalismo durante mucho tiempo creí que nuestros éxitos y fracasos eran propios de la meritocracia. O sea, por años pensé que mi vida sería fruto de cuánto me esforzara. Efectivamente sigo creyendo que parte de la vida radica ahí. Pero otra parte no.

No recuerdo quién fue que me hizo entender que existe una otra parte de la vida que no se determina por cuánto nos rompamos el lomo. O por cuánto nos quememos las pestañas. Sino que depende de dónde venimos. Y eso, a su vez, depende de la suerte.

Seamos un poco más claros: quien nace en el seno de una familia adinerada tendrá bastante más oportunidades que quien nació sumido en la pobreza. El primero tendrá posibilidades de jugar, de estudiar en buenos lugares y acumulará un lindo capital de relaciones sociales. En cambio, el segundo pasará buena parte de su vida trabajando para subsistir. Como esos chicos que reparten estampitas en el subte. O que limpian los vidrios. Mientras otros tuvimos la posibilidad de ir a la universidad apoyados por nuestros padres.

Y es justamente esta parte la que no depende de nuestro mérito y que radica en la fortuna. ¿Cuánto más mérito hicimos que ser el espermatozoide que "coleteó" más rápido? ¿Quién puede elegir la familia en la cual nacerá? Nadie. Eso es solo una cuestión de azar.

Cuando alguien me pregunta qué soy tengo una respuesta. Pero gran parte de ella parte de saber de dónde vengo. De quién soy hijo. Y de quién soy nieto. 

Nací en una familia de clase media del conurbano sur. Que me da la sensación que está un nivel socio-económico más abajo que la clase media de la Ciudad y la zona norte. Soy el hijo de un hombre que no terminó la escuela y, vivió una vida de sacrificio y trabajo. Y de una clasemediera que llegó a la universidad y abandonó faltando una materia para trabajar, y luego dedicarse a sus hijos.

Pero yendo un poquito más atrás, soy nieto de la abuela Argentina. Sí, se llama Argentina como el país. Y ahí comienza mi relato. Que no es el relato real. O sí. No sé. Porque todo relato es una construcción. Digamos mejor que éste es el relato que elegí. Y que elijo.

La abuela Argentina es una santiagueña, que laburaba en la zafra juntando la caña: "Los que la cortaban eran los tíos". En sus tiempos libres la abuela juntaba vidrio y hueso para vender. Mientras yo borro con el "supr" o el "backspace", ella se mojaba el dedo. Y rompía las hojas, claro.

La abuela fue una cabecita negra que llegó a Retiro a los 17 años. Era 1944. Pienso: mientras mi viejo me pagaba el viaje a Bariloche, ella se subía al camión de un desconocido para buscar mejor suerte en "la Capital". Con menos de 20 años, Argentina sufría estar sola en una ciudad desconocida, mientras limpiaba y hacía tareas del hogar en una casona de Bernal.

Confieso que me gusta decir que soy el nieto de una provinciana que tiene sangre india y que se le ilumina la cara cuando habla de Evita. Que en la pobreza crió tres hijos a base de huerta, mate cocido y pan.

Podría seguir hablando de la abuela Argentina. Y más hoy que cumple 87 años. Pero en cambio me gustaría agregar que hoy sigue habiendo muchas Argentinas cuyo horizonte de vida es el trabajo y el sacrificio para que una próxima generación pueda llegar a borrar con "supr". Esas Argentinas madrugan y trabajan.

Y lo hacen en silencio.


Después de muchos años de Ciencias Sociales, creo que como sociedad deberíamos brindarles a esas otras Argentinas oportunidades. Para que puedan disfrutar un poquito más la vida. Disfrutar como lo hicimos y lo hacemos nosotros.

Brindarles oportunidades... Como lo hicieron ellas, hace años, por muchos de nosotros.

19 septiembre 2014

Macri, el antropoémico

No sé si lo conocen a Zygmunt Bauman. Tampoco sé si puedo decir que lo conozco -¿qué es conocer?-, pero leí dos de sus libros y me gusta bastante. Es justamente en su obra más conocida, Modernidad Líquida, donde el sociólogo polaco cita al gran antropólogo Claude Lévi-Strauss para mencionar dos estrategias que implementaron las sociedades "para enfrentar a la otredad de los otros": la antropofágica y la antropoémica.

La primera es el mecanismo por el cual la sociedad incorpora a los diferentes anquilando su otredad. Los otros deben "desalienarse" de sus rasgos y convertirse en idénticos. Es un modelo de "asimilación forzosa". O sea: "Usted, amigo boliviano, venga tranquilo a nuestro país, pero elimine todas sus particularidades culturales y transfórmese en argentino. Deje de ser usted". Es un modo de discriminación light.



Hoy mi costado fascista, discriminador, anti-pobre y excluyente amaneció feliz. Se encontró con la noticia de que el amigo Mauricio Macri estaba construyendo un muro que separe la Villa 31 de la Autopista Illía. Un cerco que no permita ver a los pobres. Porque, seamos sinceros: queda feo que los turistas que visitan nuestro país por Aeroparque vean, ni bien llegados, a lo más feo de nuestra sociedad. No es suficiente excluir a los pobres en esos guetos permitidos que son las villas miseria y los asentamientos, sino que también hay que ocultarlos. Lo que se oculta no se ve; lo que no se ve no existe. 

La segunda estrategia para enfrentar la otredad es la antropoémica. Bauman es muy claro así que vamos a dejar que él solito lo explique:

"[La estrategia antropoémica] consistía en 'vomitar', expulsando a los otros considerados irremediablemente extraños y ajenos: prohibiendo el contacto físico, el diálogo, el intercambio social y todas las variedades de commercium, comensalidad o connubium. Hoy, las variantes extremas de la estrategia 'émica' son, como siempre, el encarcelamiento, la deportación y el asesinato. Las formas superiores y 'refinadas' (modernizadas) de la estrategia émica son la separación espacial, los guetos urbanos, el acceso selectivo a espacios y la prohibición selectiva de ocuparlos" (BAUMAN, 2001: 109)

Tal vez sea una expresión de deseo, pero, sinceramente, me cuesta pensar que una buena parte de nuestro país desee una sociedad partida en dos, donde "la gente" no se mezcle con la "no-gente".

Ojala sea más que un deseo. Porque si no sería muy triste.

14 septiembre 2014

Víctor Hugo, los villeros y los hipócritas

Siempre fui muy básico. Cuando escucho algo aberrante, automáticamente me pregunto: ¿garca o boludo? Para mí Víctor Hugo Morales no es ningún boludo. Y si bien no coincido con su posicionamiento político, tampoco creo que sea un garca. Su comentario sobre las villas responde a su defensa permanente a un Gobierno que, tras una década con tanta guita, no ha podido -o querido- quebrar la desigualdad socio-económica. Y cuando algo que defendemos no logra transformar algo que no deseamos nos quedan dos cosas: o admitimos que nos equivocamos o adaptamos la realidad al discurso.


Víctor Hugo minimizó la problemática de las villas y se le fueron todos al humo. Desde los que piensan sinceramente que hay que transformar esa realidad hasta los que sólo buscaban hacerle daño al periodista emblema del kirchnerismo.

Siempre fui muy básico. Cuando VHM habló del cine Gaumont, pensé que la Ciudad de Buenos Aires eran tan sorprendente que se podía ver cine desde un gomón en el río. Para ser sincero, no pude seguir con detenimiento el debate generado en los medios masivos. Pero de todo lo que podía leer o escuchar, preferí invertir mi tiempo en la editorial de la revista de cultura villera La Garganta Poderosa, el medio con más autoridad para opinar sobre el tema. Uno puede coincidir o no. Pero este tipo de medios nos ayudan a pensar desde otro punta de vista. Desde una-otra-realidad diferente a la que nos rodea y desde la cual opinamos.

Siempre fui muy básico. Me río con Yayo y el Oso Arturo. Debo confesar que me encantó ver la indignación generalizada. ¡Qué bueno que tantas personas pujen por condiciones de vida digna! Qué bueno que todos esos indignados con Víctor Hugo Morales también les hierva la sangre cuando escuchan a algún ignorante gritar "negros de mierda". O cuando algún fachista dice que la solución a la inseguridad es prender fuego las villas. Qué genial que discutan con los que piensan que en las villas son todos chorros y vagos.

Siempre fui muy básico. Me encanta la cumbia. Qué genial que todas esas personas también critiquen al Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, que se niega a cumplir con la ley 3343, sancionada en diciembre de 2009, que obliga a urbanizar las Villas 31 y 31 Bis. Porque las leyes hay que cumplirlas, ¿no? Y ya pasaron casi cinco años. Y si nos indignamos con VHM que argumenta a favor de vivir en asentamientos, nos indignamos todavía más con MM que teniendo las herramientas y un presupuestazo para transformar la vida de miles de personas, no lo hace. Peor aún, el ingeniero subejecuta el presupuesta de vivienda.

Siempre fui muy básico. Qué genial que mientras nos enojamos con Víctor Hugo también nos hayamos solidarizado con la protesta de los villeros que plantaron una carpa en el medio del Obelisco pidiendo urbanización y radicación. Porque no nos oponemos al periodista por el simple hecho de que defiende al Gobierno, sino que lo cuestionamos porque somos -buenas- personas y queremos condiciones de vida digna para todos. Queremos que todos tengan acceso al agua potable, a los servicios básicos y que no se siga muriendo gente porque las ambulancias no pueden ingresar a las villas. No queremos las instalación de mafias aprovechando la ausencia del Estado ni el riesgo latente de que un incendio lo queme todo.

En lo que no soy básico, creo, es en pensar que esa realidad no me gusta. Y cuando la realidad es "no feliz", hay que transformarla. Tampoco somos básicos cuando dejamos de lado el individualismo y nos solidarizamos con los que sufren. 

Qué bueno compartir todo esto. Porque, de lo contrario, nuestras críticas e indignación con Víctor Hugo Morales nos convertiría en unos hipócritas.


En siete años de gobierno, Mauricio Macri no te urbanizó nada. Sí te pavimenta diez veces la misma calle. Preocupado por el bienestar de los grandes empresarios, no le importan los pobres en lo más mínimo.

10 agosto 2014

Feliz día del niño...

Tal vez...

... luchar contra el capitalismo salvaje

¿Anti-capitalistas? ¿Nosotros? No, señor. Los que están en contra del sistema son útopicos. Foto: Kevin Carter

... criticar las inequidades sociales

Si bien la Asignación Universal por Hijo y su condicionalidad educativa descendieron el trabajo infantil, el ODSA-UCA registró que un 14,9% de los niños de entre 5 y 17 años de zonas urbanas eran explotados económicamente en 2013. Foto: Cuba debate

... cuestionar el accionar del Estado

En 2010 UNICEF señalaba que los niños indígenas de Argentina tenían una tasa de analfabetismo mayor a le media y, dadas las condiciones socioeconómicas, la mitad no ingería las cuatro comidas diarias y sufrían enfermedades evitables. Foto: Enlace Crítico

... pujar por una mejor distribución del ingreso

Distribución del ingreso, hambre y el negocio de la comida. En Obesos y famélicos el académico y activista inglés Raj Patel señala que en el mundo hay 1000 millones de obesos y 800 millones que sufren hambre y desnutrición. Foto: UPSOCL

... reclamar educación obligatoria efectiva y de calidad para todos los chicos

Círculo vicioso. Las inequidades socioeconómicas son causa y consecuencia de la desigualdad educativa. Foto: UPSOCL

... exigir la paz

Según UNICEF han muerto 392 niños por el último ataque israelí en Gaza, mientras que la Autoridad Palestina cifra 1520 muertes, 6000 chicos heridos y más de 10.000 niños arrestados desde 2000. Foto: REUTERS/Suhaib Salem

Sólo tal vez, cuestionar el sistema sea un granito de arena para que en un futuro más niños puedan vivir, educarse y jugar como niños. Y poder, realmente, celebrar su día.


No hace falta citar la fuente. En otra parte, El Principito decía: "Me pregunto, si las estrellas están encendidas a fin de que cada uno pueda encontrar la suya algún día". Tal vez, sólo tal vez, algunas luchas colectivas puedan ser estrellas a alcanzar.

28 julio 2014

Conversa gramsciana con Waldo Ansaldi - Parte 2

Waldo Ansaldi es uno de esos profesores capos que abundan en la Universidad de Buenos Aires. Entre muchas cosas se especializa en sociología histórica de América Latina. Llegué a él por su artículo "Conviene o no conviene invocar al genio de la lámpara. El uso de las categorías analíticas gramscianas en el análisis de la historia de las sociedades latinoamericanas", que casi que está hecho para bancar a mi tesis. Y vio como son las casualidades. El mismo día que terminé mi marco teórico sobre el gran Nino fui a la Primera Semana de Estudios Gramscianos en Argentina y allí estaba. Tras la conferencia me acerqué y le pregunté si podría entrevistarlo para mi tesis. Medio año después, aquí está el resultado. Esta es la segunda parte de la entrevista. La primera puede encontrarla aquí.



Volviendo a los bloques históricos, Daniel Campione señala la necesidad de estudiar cómo varía la “estructura”. ¿Quería saber su opinión al respecto y cómo solucionar este problema?
Aún sin solucionarlo, el sólo hecho de plantearlo y tirar líneas sirve. En términos estrictos, para Gramsci, ¿cuándo hay un nuevo bloque histórico? En los términos más restrictivos, cuando una sociedad se transforma en otra. El punto es preguntarse si no es posible y legítimo (sin traicionar a Gramsci) pensar en que hay modificación en el interior de un bloque histórico que hace que aún siendo fundamentalmente el mismo, tenga modificaciones sustanciales. Para poner un ejemplo claro: el bloque histórico capitalista en los países desarrollados se transformó con las políticas keynesianas y el posterior Estado de bienestar social. No es el mismo bloque histórico en un punto. Pero en otro sí porque la relación de clase sigue siendo la misma. ¿Cuánto de lo que está ocurriendo hoy en Bolivia implica efectivamente la posibilidad de un nuevo bloque histórico? Y ahí sí: si no hay un cambio en la estructura es imposible hablar de un nuevo bloque histórico. Incluso no le pueden dar una definición. Cuando García Linera habla de “capitalismo andino-amazónico”. Si ponés “capitalismo” está claro lo que es. Después pone los adjetivos que quieras. El sustantivo es lo básico. Yo creo que están tanteando. Está bien, está bueno no tener un libreto previo pero las expresiones que se usan dicen mucho. Hoy parece haber más bien una modificación en el interior del bloque histórico aún cuando este no haya variado sustancialmente. Para pensarlo en los términos de articulación entre la “estructura” y el “edificio jurídico-político”, más allá de la coyuntura digamos, porque algunos piensan que como cambiaron la política económica entonces eso cambió la estructura. Una de las experiencias que uno puede sacar del capitalismo es que muta el patrón de acumulación de capital sin cambiar la relación fundamental y por eso los bloques históricos son procesos de muy larga duración.
A menos de 10 años de la asunción de Evo Morales, ¿podría estar en condiciones de decir si cambió la estructura?
Yo creo que cuando Campione enfatiza la necesidad pensar cuánto ha cambiado efectivamente la estructura está poniendo el dedo en el lugar donde se debe: es la pregunta que hay que hacerse. ¿Cuánto ha cambiado? ¿Cambió? Si cambió, ¿cuánto? Y esa transformación y esos cambios de qué magnitud son. Cualquier teoría del cambio social te dice: una cosa son los cambios “en” la estructura y otras son los cambios “de” estructura. Y aquí parece haber cambios, más bien, “en” la estructura. Por lo menos hasta ahora.
¿Y cambios como la nacionalización de los hidrocarburos, modificar la relación de dependencia con Estados Unidos o que en la nueva Constitución Política del Estado promulgada en 2009 aparezca la “Economía Plural”?
Bueno, veamos cómo se concreta. Cuando se concrete conversamos. Porque entretanto es una declaración de principios, de objetivos...
Pero puede ser una guía para modificar…
Puede, eventualmente, modificar la estructura. Modificar la estructura es modificar las relaciones de producción. Básicamente. Las nacionalizaciones no modifican las relaciones de producción. Si no, no te podés explicar por qué el capitalismo francés fue durante muchas décadas un capitalismo de Estado con fuerte control de áreas económicas estratégicas.
O sea que una nacionalización en los hidrocarburos no implica un cambio en el modo de producción de los hidrocarburos.
En el marco de una economía capitalista, la nacionalización es el máximo de consciencia posible de una burguesía. La nacionalización no implica necesariamente un cambio de modo de producción. Por eso los llamados “socialismo reales” no modificaron estructuralmente la sociedad. Socialismo es socialización de los medios de producción. Socialización de los medios de producción no es lo mismo que nacionalización o estatización de los medios de producción. La nacionalización se puede dar en una economía que sigue siendo básicamente capitalista porque las relaciones de producción son capitalistas.
Le pregunto con cierta vergüenza… O sea que, ¿nacionalizar un sector de la economía cuando la mayoría de la estructura sigue siendo capitalista eso no cambia las relaciones de producción?
No, porque sigue existiendo la relación fundamental que inventó el capitalismo que es la relación asalariada ente mercado libre y compra-venta de fuerza de trabajo donde hay alguien que se apropia el plusvalor. Sólo que al plusvalor no se lo apropia un capitalista privado, sino uno público llamado “Estado”.
La idea de “Economía Plural”, ¿qué podría ser?
Podría ser y podría terminar generando una especie de híbrido en el que coexistan formas de relaciones de producción de distinta índole. Algunas de las cuales son típicas del capitalismo. Pero está en el horizonte teóricamente previsto. De ahí la importancia de analizar la letra de la constitución bis a bis y compararlo con lo que pasan en la realidad. Las constituciones son interesantes porque son el diseño de lo que se quiere construir; pero el diseño de lo que se quiere construir no es necesariamente el edificio que has construido.
Campione sostiene que el Estado del 52 significó una ampliación de la sociedad civil. En términos gramscianos, antes del 52 podía entenderse como Oriental y después, como una revolución de tipo capitalista, podría verse como Occidental.
Yo creo que ya en los 40 hay una fortaleza de la sociedad civil y, al contrario, hay una debilidad de Estado [sociedad política] porque no hay Estado [sociedad política]. En Bolivia hay Estado a partir de la Revolución Nacional, no antes. El Estado entendido como una institución que tiene capacidad de monopolizar la violencia considerada legítima, la percepción tributaria y la violencia simbólica, pero que al mismo tiempo es el espacio de condensación del conflicto social. Ni como institución ni como espacio de condensación social es posible hablar de Estado antes de la Revolución Nacional. Y ahí es donde la Sociedad Civil se vuelve fuerte: basta mirar la lucha de los campesinos, de los mineros. No hay nada más radical en la historia del movimiento obrero de América Latina, y no sé si del mundo, que la Tesis de PulacayoY si eso no es otra expresión de fortaleza de la sociedad civil, ¿cómo lo podemos entender?
Se podría entender como una ampliación de la sociedad civil.
Sí, claro.
¿Y que antes del ’52 era una sociedad Oriental?
Es una metáfora que me parece que hay que manejar con cuidado. Mantendría más bien la idea de pensar en términos de fortaleza y debilidad de la sociedad civil, de una y de otra, y de la articulación de una y de otra. Ahí sí que la traductibilidad de las categorías exige pensar con la lógica de Gramsci para historizarlo de una manera diferente. En el fondo esa es la clave de la traductibilidad. No es la aplicación lineal o mecánica, sino rescatar la lógica.
¿El Estado del ’52 podría significar un cambio “de” estructura desde el pre-capitalismo a capitalismo?
Sí, claro. Por eso fue una revolución social. No es lo mismo ser siervo de la gleba o estar vinculado al pongueaje que ser un campesino libre. Salvo que uno crea que la única revolución social es la revolución socialista.
Siguiendo esta línea, ¿el de 2005 podría ser un cambio “en” la estructura?
Sí, pero que está por verse. Entre signos de interrogación. Puede ser un cambio “en” la estructura o puede ser el comienzo de un cambio “de” la estructura.
¿Podríamos decir también que hay un cambio en la sociedad política con el ingreso de indígenas y campesinos?
Sí, claro. Y la recuperación del Estado. Creo que los 90, como todas las experiencias neoliberales, redujeron de una manera notabilísima. 





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Relato de una amiga zapatista

Me llamo Tania. Mexicana. Soy profe de Bioquímica en una universidad y también trabajo en un hospital. A finales de 2013 el destino quiso que pudiera combinar ambas vacaciones. Me esperaba un viaje solitario a la Escuelita Zapatista: una experiencia que me generaba una extraña mezcla de emoción y nerviosismo. Quería escuchar a mi mente, a esa merolica que la mayor parte del día está revolucionada con pendientes y que hace un tiempo se venía preguntando, sin respuestas: ¿qué es lo que quiero, en realidad, hacer con mi vida? ¿Por qué estoy viviendo lo que estoy viviendo? ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Soy en realidad feliz? Un mundo de preguntas que pretendía contestarme durante esos días alejada de la rutina y cerca de mí. Sí, cerca de mí. Porque a veces necesitamos estar solos para estar con nosotros.

Damián le sacó varias fotos al arco iris que apareció sobre la iglesia de San Juan Chamula. Espero que ya haya estrenado en Argentina el cinturón de colores que compramos en ese pueblito y yo misma lo ayudé a elegir.

Era el mediodía del 1° de enero de 2014. Había pasado la noche en el Caracol de Oventic -¿cómo que no saben lo que es un caracol zapatista? - celebrando los 20 años de la Revolución Zapatista del 1° de enero de 1994 y a medio dormir, enlodada hasta la garganta y totalmente húmeda por haber festejado bajo la lluvia durante horas, sólo pretendía ir en busca de una comida caliente. Sin embargo, no pude resistir entrar a esa tiendita de mujeres zapatistas, al menos para echar un vistazo.

"¿Sabés cómo llegar al CIDECI?", escuché a un chavo preguntar dentro del local. Imaginé que era extranjero y joven por su acento y tono de voz. Como justo yo tenía que ir hacia el mismo lugar - y aunque en realidad mi plan era comer algo y perderme entre las callecitas de San Cristóbal de las Casas -, me nació guiarlo y, ya que estamos, lanzarme de una vez con él. 

En realidad no lo conozco. Me dio a conocer algunos matices de su vida, de algunas anécdotas, de sus gustos, de su ideología, de su forma de ver el mundo. Hasta de su forma de expresarse al vestir. De hecho, espero que ya haya estrenado en Argentina el cinturón de colores que compramos en San Juan Chamula y yo misma lo ayudé a elegir.

En realidad no lo conozco. Ni él a mí. Pero cuando siento algo bonito y sincero, simplemente lo siento. Y me dan ganas de compartir el presente. Aunque sea un momento. Aunque sea un instante. Ya a la distancia y a pesar de que no amamos la tecnología, lo conozco un poquito más. Y eso confirma mis ganas de compartir cosas. Mas no sea un detallito.

El otro día me llamaste "amiga", Damián. Y claro que somos amigos. Y lo seguiremos siendo hasta que ambos lo queramos. No de esos amigos que se conocen de toda la vida, sino de esos amigos de viaje, esas amistades de viajeros solitarios que tan bien tú y yo conocemos. De esos amigos que viven mucho en poco tiempo y el destino los cruzó porque tenían que compartir ese momento. Como ese abrazo que nos dimos al despedirnos en el CIDECI antes de que vos marcharas a Morelia y yo a La Garrucha - ¿cómo que todavía no buscaron lo que es un caracol zapatista?

No de esos amigos que se conocen desde pequeños, sino de aquellos que se conocen en el camino. En el camino de la lucha. En el camino de los que sufren con los que sufren. En el camino de los que intentan construir un mundo mejor. Y créeme que, por mi parte, tienes un lugar seguro en una mente y un corazón. Son muchos los kilómetros, pero la palabra ayuda a que la distancia se reduzca mientras así lo decidamos.

Por aquí ando, corriendo de un lado pal otro. Tratando de equilibrar mi responsabilidad y desarrollo profesional con mi vida íntima. Haciéndome preguntas. Encontrando y no encontrando respuestas. Encontrando y no encontrándome. Y aquí también sigo para ti. Para que esta amistad que comenzó, eche raíces fuertes y profundas. Para que dé frutos hermosos bajo el sol de esta lucha que llena nuestras vidas.

Ya no desde las montañas del sureste mexicano. 

Pero sí desde la tierra de los zapatistas. 

Que es la misma que la tuya.

En el CIDECI. También conocido como Universidad de la Tierra. Antes de que él marchara al Caracol de Morelia y yo a La Garrucha nos dimos un abrazo profundo, fraternal, sincero. De esos que no se olvidan, se recuerdan por siempre y no se pueden explicar.