19 febrero 2016

Adiós a apocalípticos e integrados

El viernes 19 de febrero anochecimos con la noticia de que el semiólogo italiano Umberto Eco falleció a los 84 años. Dado que los académicos de la comunicación hemos sido formado bajos sus textos, nos estamos expresando por su fallecimiento. Hago mi aporte.

Umberto Eco plantea que la problemática sobre la cultura de masas está mal planteada y cuestiona el "liberalismo" cultural en la defensa de los mass media: "Raramente se tiene en cuenta el hecho de que, dado que la cultura de masas en su mayor parte es producida por grupos de poder económico con el fin de obtener beneficios, permanece sometida a todas las leyes económicas que regulan la fabricación, la distribución y el consumo de los demás productos industriales". Foto: Giovanna Silva

En mi caso, debo decir que El nombre de la rosa es el único libro que perdí en mi vida. Usted sabe que hay dos clases de boludos: "Los que prestan los libros y los que los devuelven". En ese momento yo tenía 19 años y esa edición que había venido con el diario La Nación fue uno de los primeros libros que compré con mi propio sueldo. Diez años después, aún lo extraño.

Volví a tener un encuentro íntimo con Eco años después, como docente de Teoría de la Comunicación. Apocalípticos e integrados fue uno de los textos que más me costó preparar. Si bien la idea de que existen dos posturas ante la cultura de masas no es demasiado compleja, el italiano describe a ambas posiciones a lo largo de todo el texto y exige deconstruir y reconstruir para que le quede claro a los educandos. 

El tiempo que me lleva explicar el texto está calculado en dos horas -si bien falta tiempo por su riqueza- y siempre alguien me pregunta si Umberto no lleva H. Antes de presentarlo, escuchamos música: primero a Bach, luego a la versión de "Para Elisa" de Damas Gratis y, finalmente, una buena obra de arte de cumbia villera. A veces ha sonado "Coloradita", y, últimamente, "Bailan Rochas y Chetas" y "Tres teclados". Les pido opiniones a los estudiantes y las uso como una introducción básica para graficar la postura apocalíptica y la postura integrada.

¿Cuál es el resultado final? Primero, se ríen cuando escuchan cumbia villera en la facultad. Y confieso que me encanta que la música popular suene en la academia. Al final, a los chicos les encanta el texto y la mayoría suele prepararlo muy bien para el examen.

Mi duda, que a su vez surge en el aula, es si Eco era un apocalíptico o un integrado. Siempre que preparo el texto lo vuelvo a pensar.

Para mí era un integrado con postura crítica.

Como pequeño homenaje adjunto uno de mis apuntes de clase que, para mí, es como un diario íntimo.

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