20 octubre 2017

Querido Santiago

Querido Santiago:

El mundo es una mierda, ¿sabés? Por eso acá no hay lugar para personas como vos.

Vivimos en un mundo repleto de ignorantes que tienen la boca grande y la mente chiquita como para decir cualquier cosa. Por eso dijeron todo lo horrible que dijeron sobre alguien que no conocían. No te sientas mal.

Te soy sincero. Cuando me enteré de tu noticia, pensé que ibas a aparecer. Fui a esa primera marcha con la tranquilidad de que la presión social haría que aparecieras.

Sin embargo, después comenzaron a pasar los días. El aparato mediático y las redes sociales adictas al poder comenzaron a girar y confundir a la gente: que está en Entre Ríos, que era terrorista, que los mapuches, que se fue a Chile… 

Fue ahí cuando, como muchos, me di cuenta de que lo malo ya había sucedido.

Justamente por eso no creo que haberte encontrado sin vida sea una mala noticia. Te soy sincero, yo me alegro de que tu familia ahora tenga un cuerpo al cual llorar. Sé que suena horrible, pero realmente lo siento así: lo cruel de las desapariciones forzadas es que los familiares se mueren sin tener una tumba dónde llorar.

El mundo es una mierda, Santiago. El egoísmo y la codicia brotan por los poros. No te lo voy a contar a vos... lo sabés. Por eso estabas ahí, poniendo el cuerpo por otros. Solidarizándote con otros.

Y eso es lo que no pueden entender, Santiago: ¿qué hacía “ese chico” ahí si no era indígena? No entienden. No entienden que alguien pueda dedicar un poquito de su tiempo y de su vida a los otros. No lo entienden porque ellos no lo harían. Porque ellos no lo hacen. Y como no entienden, repitieron todas esas mentiras. Lo que no se dieron cuenta es que todo eso hablaba de ellos y no de vos.

Querido Santiago. Ya está. La pesadilla ya pasó. No vale la pena, creo, pero sabé que hace 75 días que a muchos nos persiguió la angustia y que intentamos… Intentamos que tu nombre siga retumbando para que se haga justicia y tu familia encuentre tranquilidad.

Nunca te vamos a olvidar. Te recordaremos con la misma admiración que recordamos a tantos otros que dieron su vida por los que sufren.

Y sabé que, algún día, construiremos ese mundo que soñabas.

Gracias.

Descansá en paz.