28 octubre 2013

Cristina Kirchner perdió

Apostó todo a la Provincia de Buenos Aires. Eligió con el dedo a los candidatos, movilizó a los intendentes fieles, montó un aparato de propaganda formidable (Cuánta guita por Dios! Lo vi a Insaurralde hasta en la sopa), hizo y deshizo con fines electorales y se puso la campaña al hombro. Y perdió.

Perdió. Punto. En política se gana y se pierde. No es la muerte de nadie.


Así como el 54% no les daba derecho a todo, el 33% no les quita su legitimidad de origen. Son gobierno y lo serán hasta 2015. Y así deseamos que sea.

Las caras del kirchnerismo sin la conducción de Amado Boudou ni el acting. Fuente: DyN

En 2011 obtuvo el 54 por ciento y fue "por todo". A ese 54 sumémosle un 10 que no la votó, pero la apoyaba y esperaba que el 36 por ciento restante nos quedáramos callados. Los críticos progresistas la pasamos mal en 2011: fuimos "gorilas", "oligarcas" y nos pusieron el misma bolsa que a la derecha (NdeR: el "no existen derechas e izquierdas" es una frase de la derecha). Hasta lograron que en el júbilo electoral y la bonanza económica, algunos amigos endulzados con el consumo nos miraran como a garcas. Cuántos amigos nos criticaron en 2011 y después vinieron en 2012 a preguntarnos qué opinábamos sobre "el giro" del Gobierno. Perdonamos, pero no olvidamos.

Ayer perdió Cristina Kirchner y perdió un modo de hacer política. Perdió la prepotencia y el afán de poder. Perdió el "vale todo". Perdió el chamuyo, el tomarnos por boludos diciendo que no hay inflación ni inseguridad. Perdió la reforma electoral para permitir la re-reelección. ¿Alguien se preguntó que habría pasado si CFK volvía a ganar con más del 50 por ciento? ¿Cuánto habrían tardado los Diana Conti en decir que la gente votó por una "Cristina Eterna" y ameritaba una reforma? Perdió la corrupción. Perdieron lo que decían que los cacerolazos eran una minoría. Una minoría de egoistas que pensaban en su bolsillo. Perdió el fanatismo. Perdió la intolerancia. Tampoco somos ingenuos: estas derrotas no habrían sido posibles si no hubiera sido por el contexto económico.

El kirchnerismo mantiene y amplía su mayoría en el Congreso, pero el panorama político no sigue igual. Cambiaron las relaciones de fuerza y habrá que ver cómo este proceso sigue su rumbo de cara a 2015. Cristina Kirchner no tiene re-reelección y eso abrirá el juego de la sucesión dentro del kirchnerismo. Ahora se va a ver cómo juega cada actor. Se abre el espacio de la estrategia.

Una vez terminadas las elecciones y durante esta semana se dará la puja discursiva. Sólo miren las tapas de los diarios. La batalla política se da en el campo de los mass media y la opinión pública. El kirchnerismo desea instalar que ganó la elección a nivel nacional, mientras que los no kirchneristas intentarán instalar un abanico de opciones: desde la derrota al "fin de ciclo". Este escrito, y mucho menos su título, no es ingenuo y también busca sumarse a la puja de opiniones, a fines de construir interpretaciones.

Por último. Difícil saber cuál habrá sido la reacción de los amigos que apoyan fervientemente este modelo, pero ojalá puedan interpretar este resultado como un freno a la beligerancia y la confrontación permanentemente. Los críticos progresistas o de izquierda no somos "el enemigo". Ojalá puedan tomar algunas de nuestras críticas, pero, por lo menos, sepan que los acompañaremos cuando se debatan reformas estructurales que beneficien al pueblo. Como ya lo hemos hecho; y no lo quisieron ver.

25 octubre 2013

Una vida con menos miseria

¿Para qué hacer ciencia? Acá Bauman nos dice para qué hacer y escribir sociología.

"No hay nada menos inocente, nos recuerda Bourdieu, que el laissez-faire. Contemplar la miseria humana con ecuanimidad mientras se aplacan los remordimientos con el ritual invocatorio del credo NHA ('no hay alternativa') es ser cómplice. Los que, voluntaria o involuntariamente, comparten ese encubrimiento o, peor aun, la negación de la naturaleza -hecha por humanos, no inevitable, contingente y alterable- del orden social, y especialmente de la clase de orden que es responsable de la infelicidad, son culpables de inmoralidad... por negarse a ayudar a una persona en peligro. Hacer y escribir sociología pretende revelar la posibilidad de una vida social diferente, con menos miseria: una posibilidad de la cual se duda o se descree a diarios."




20 octubre 2013

Feliz día mamá

El 20 de agosto se cumplieron 11 años sin mamá. Si bien con 16 años me sentía grande, ahora con 27 siento que era bastante chico. El tiempo pasa rápido y para cuando tenga 32 voy a haber vivido más de la mitad de mi vida sin ella.

Mamá era una clasemediera que casi se recibió de arquitecta, pero dejó la universidad para trabajar; dejó de trabajar para nosotros, para mi hermano y para mí. Era medio hippie o al menos así me la describe una amiga. Hacía yoga, tai chi chuan; pintaba y también hacía las tortas de todos nuestros cumpleaños. A veces vestía ropa onda oriental. Cuando uso mis pantalones y cosas bolivianas, la amiga de mi mamá dice que le hago acordar a ella y eso me pone contento.

No sé cómo era mamá de joven, pero papá me dijo que un día la habían corrido los milicos cuando estaba en la Universidad. Mamá era buena y, a raíz de eso, me construí la imagen de que en los tiempos de juventud soñaba con un mundo mejor y luchaba, como podía, por ello. De algún modo, a mi modo, intento hacer lo mismo. Creo que estaría muy orgullosa viéndome de profe y si estuviera me encantaría invitarla a una de mis clases.

Por esas cosas de la vida mamá no vivió ninguno de mis logros, o de los que considero logros. O sea, estuvo... pero no estuvo. Sin embargo, en todos ellos me acordé de ella. Podría decir que la mayoría de las cosas que hago, las hago para que ella esté orgullosa. Y cuando hago algo que no está bien, y sé que no está bien, pienso que desde algún lugar me lo está reprochando.

Yo no sé si vale la pena escribir esto un día de la madre. No sé si vale la pena "dar lástima". Pero sí me parece que vale la pena decirles que disfruten a sus mamás, que disfruten la vida. Nadie tiene la vida comprada, nadie sabe qué puede pasar mañana.

Disfruten a sus mamás. Hagan felices a sus viejos. Nos dieron la vida y está bueno luchar día a día para que estén orgullosos de nosotros.

09 octubre 2013

La pirámide invertida del poder

En el periodismo existe una estructura básica para darle forma a una noticia: la pirámide invertida. La teoría dice que este es un modo de organizar jerárquicamente la información: lo más importante va arriba y luego vamos en orden decreciente hasta llegar al final. De este modo, la upside-down pyramid permite al lector saber lo más relevante del acontecimiento sin tener que leer todo el texto. Es un formato ideal para los tiempos posmodernos, donde los segundos se nos escurren entre los dedos.

En periodismo, la pirámide invertida organiza jerárquicamente la información. Fuente: www.de-3.com

Ahora bien, esta nota no propone dar un curso rápido de periodismo, sino, como tantas otras veces, implementar la teoría a la realidad, interrelacionando disciplinas, a pura prueba y error. Intentando hacer un aporte a la ciencia en general. Como todo aporte es cuestionable, claro. Si es así, bienvenido sea el debate.

A los fines teóricos es importante decir que, cuando hablamos de "pirámide invertida del poder" no nos referimos a una jerarquía decreciente, sino que utilizamos esta metáfora visual para graficar a las estructuras políticas e institucionales donde toda una organización depende de un vértice: a los colectivos que se basan exclusivamente en una persona. Sin esa piedra angular que sustenta el todo, la pirámide no existe, se cae. El conjunto se destruye. 

Justamente esto critica quien escribe a los Gobiernos "progresistas" de Sudamérica, más allá de que simpatiza con la mayoría de ellos: se presentan como movimientos de transformación colectiva que dependen de una única persona. Un oxímoron político. Sólo el PT en Brasil y el Frente Amplio uruguayo han podido sortear este escollo. El kirchnerismo ha pasado la posta de Néstor a Cristina por un imponderable, mientras que Rafael Correa y Evo Morales mantienen este rasgo. El ejemplo es la experiencia de Hugo Chávez.

Como todos sabemos, el tema omnipresente en estas horas es la operación de Cristina Kirchner. La preocupación obligada es la salud de la Presidente tanto humana como política e institucionalmente. Ahora bien, una vez superado este primer tema nos encontramos con la pregunta de quién conducirá los destinos del país durante su reposo. Lindo interrogante para un país cuyo futuro es un signo de pregunta permanente.

En este espacio decimos que el kirchnerismo ha sido “un proyecto de poder” que construyó pragmáticamente, sin hacerle asco a mucho (decir “nada” sería falaz, si bien ningún partido político no le hace asco a nada). En este proceso que ya lleva 10 años, Néstor y Cristina centralizaron el poder en sí mismos, primero en él y luego en ella.

Desde ya que no planteamos una crítica radical a esto, dado que si la toma de decisiones está “hiper-descentralizada” la gestión se volvería lenta e ineficaz, afectando al Ejecutivo. Cuestionamos los sapos de la real politik, pero tampoco somos ingenuos. Sin embargo, sí creemos que se verticalizó demasiado, al punto de tener personajes que demuestran no estar preparados para su puesto o tener provincias “acéfalas” (a modo de chicana, claro está) que dependen de la planificación nacional.

Entre estos personajes podemos citar en primer lugar al vice-presidente, Amado Boudou, quien llegó a ese cargo sin una historia que lo respalde (agregaría ideología y denuncias bastante verosímiles de corrupción, pero a quién le importa, ¿no?); al Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, cuyos papiros académicos (“Es brillante”, me dijo un intelectual boliviano y compañero durante su doctorado en la UNAM) chocan contra su labor de chicana constante; al Ministro de Economía, Hernán Lorenzino, de quien ni siquiera se sabe su proyecto económico; al Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien nos demuestra día a día que tenerla más grande no es sinónimo de buena gestión. 

Asoman sí tres figuras con peso en la vida institucional del país, pero con futuro incierto, a la espera de que Cristina decida su destino en la estructura de poder K: Daniel Scioli, que si bien podría tener vuelo propio, decidió enterrar la cabeza y recién la sacó cuando CFK lo necesitaba para no perder por paliza en la Provincia; el "Chino" Zannini, vital consejero presidencial y de opinión relevante para la toma de decisiones, aunque ignoto para la mayor parte de la sociedad; y finalmente Julio De Vido, ministro con mucho poder durante la presidencia de Néstor, pero con facultades recortadas ante la llegada de Cristina.

Podríamos seguir, pero no soy capo como para hacer un examen de gestión de cada ministerio. Lo que sí puedo asegurar es que ante la ausencia de Cristina Kirchner, nos encontramos ante la incertidumbre de no saber bien qué pasará. Esperando que Boudou no haga demasiado. En estos años el kirchnerismo nos ha enseñado muchísimo acerca de la construcción de poder. Pero también nos ha planteado varias dudas y juicios de valor que los teóricos de las ciencias sociales deberían responder o, al menos, ayudar a pensar.

Mientras tanto, esperamos que la Presidente se mejore pronto… Y que el neoliberal de Boudou no haga cagadas.


N de R: este post se escribe en el momento en que la Presidente está siendo operada. Por una cuestión de respeto, lo publicaremos una vez que lleguen buenas noticias.

04 octubre 2013

La ruta

No sé bien en qué momento fue, pero en algún momento de mi vida me enamoré de la ruta. No del asfalto que se calienta con el sol ni con el destino al cual conduce, sino de esa ruta que me hace pensar.

"La ruta y yo. Yo conmigo. Y una persona omnipresente". Fuente: http://natisanjuan.blogspot.com.ar/2011_08_01_archive.html

Los campos de trigo, los campos de soja. Los girasoles que nunca vi girar. Las vacas que pastan. Qué embole ser vaca y sólo pastar. Los pueblos perdidos y transitorios. Las puteríos que se anuncian con luces de colores y me recuerdan a la trata. 

De todas las rutas me gusta la de la noche. Con luces que informan el paso de otro auto. La oscuridad y yo mirando las líneas pasar. Por alguna razón que no sé, la ruta une pasado y futuro.

Las líneas del costado pasan una tras otra. Como la vida. Como los momentos. Como los amores. Como las sonrisas y los llantos. Todavía hay un montón de líneas por llegar.

Con la cabeza apoyada contra la ventana de un micro, amo ese momento en que los viajeros apagan sus luces. Cuando todos duermen estoy solo. Somos la ruta y yo. Pienso. Me pregunto, me respondo. Se acomodan unas ideas y se desordenan otras.

La ruta y yo. Yo conmigo. Y una persona omnipresente.