19 noviembre 2013

Cambio, juez

En este blog entendemos que el kirchnerismo es un proyecto de poder: hace y deshace por derecha y por izquierda acorde a la conveniencia política. Acorde a lo que suma votos.

Moreno, símbolo del kirchnerismo, seguido de cerca por el entonces campeón de kick boxing Jorge "Acero" Cali. Fuente: Cedoc.

Personalmente me alegro mucho de que se le haya roto el toto al kirchnerismo en las elecciones. Primero porque no soy kirchnerista y segundo porque cuando el kirchnerismo entra en una crisis de hegemonía es cuando, entiendo, mejor gobierna. Remember post-derrota de 2009. En cambio, cuando logra el aval de las mayorías, intenta llevarse todo por delante, busca ir "por todo". Cuando el kirchnerismo gana, nos muestra cuan grande la tiene.


Si el kirchnerismo hubiera ganado las elecciones, hoy no habría ningún cambio: el Gobierno habría dicho que la sociedad legitimó el rumbo. Si, encima, el porcentaje hubiera superado el 40 por ciento, nos habrían instalado el debate sobre la re-reelección de Cristina Kirchner. Ahora nadie toca el tema. Pero lo habrían hecho. I'm sure.

En cambio, el kirchnerismo perdió. Y vinieron cambios que eran necesarios. Desde la salida de Roberto Lavagna volvemos a tener un ministro de Economía. Para los sectores liberales Kicillof es el demonio: el Grupo Clarin ya está empezando a repetir que es "comunista". Porque, todo el mundo sabe, ser "comunista" es malo. Sin embargo, quienes creemos que no hay que dejar que la "mano invisible" regule el mercado, vemos con buenos ojos a este Doctor en Economía de la UBA. Ojalá lo dejen hacer y ojalá no se equivoque.

Otra bienvenida salida es la de Abal Medina de la Jefatura de Gabinete. Un académico boliviano que había sido su compañero en el doctorado me dijo una vez que era "brillante". Sin embargo como funcionario no paró de chicanear y gastar plata en propaganda. Dicho académicamente: un nabo. La llegada de (Milton) Capitanich significa la llegada del peronismo del Interior. Veremos.

No diremos nada de Moreno. Creemos que el kirchnerismo fanático se hace flaco favor defendiéndolo.

Con miras a 2014 y observando las reservas económicas que se parecen mucho a un reloj de arena vemos: 1) recorte de subidios y suba de tarifas (le recomendamos que comience a dejar de derrochar energía) y 2) salida a los mercados financieros y toma de créditos (¿como lo hicieron hace dos meses con el Banco Mundial?). Lo último significará una (nueva) contradicción en el kirchnerismo. Le recomendaríamos a la militancia que deje de fustigar a los mercados así no se comen otro sapo.

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