03 septiembre 2016

Neoliberalismo, desempleo y cinismo

No sé usted, pero a mí no me molesta la no-capacidad. De hecho, Raúl Alfonsín chocó contra el peronismo y los poderes económicos, no pudo ser capaz de encauzar nuestra democracia y, de todos modos, me genera admiración. Deberíamos escuchar más su discurso de cierre de campaña en 1983. Y algo parecido me sucede con Arturo Illía que con honestidad y austeridad sí logró mejorar la economía, pero sufrió de igual modo a la dictadura y el desprestigio de los medios.

La Marcha Federal sorprendió a gran parte de la población a raíz de la desinformación mediática. Fue tan masiva que obligó a los medios a cubrirla y le pegó un cachetazo a quienes no ven claramente la realidad. ¿Habrá para general? Foto: Sin Medios.

Hace pocos días, el INDEC ha informado que la desocupación aumentó del 6,6 en el segundo trimestre de 2015 al 9,3 por ciento en el segundo semestre de 2016. Exactamente el 50% en un año. Terrible. Allí hay una responsabilidad de los últimos meses de Cristina Kirchner, claro, pero, especialmente, el desempleo aumentó con el Gobierno de Mauricio Macri.

A mí no me molesta el no poder. Lo que verdaderamente me molesta es la mala leche acompañada de cinismo. Que, al menos en este caso, actúan de la mano. Cuando Mauricio Macri expresa su dolor por el desempleo, no le creo. Estoy convencido de que es mentira porque desde que llegó no hizo más que fomentar los despidos. Y tengo con qué argumentarlo:

a. Ni bien asumido, despidió a miles de trabajadores del Estado acusándolos a todos -con el apoyo de los medios- de "ñoquis". Y tengo amigos que lo sufrieron en carne propia. ¿Echaron ñoquis? Sí. ¿Echaron muchísimos no-ñoquis? También.
b. Despidiendo desde el Estado habilitaron a las empresas a despedir. No se sabe porque los medios lo ocultan, pero pruebe: escriba "suspensiones" en Google y vaya a la sección de "noticias". Va a ver muchas noticias que no aparecen en tapa ni ocupan mucho tiempo en la tele o la radio.
c. Para peor, con la recesión -caída de la actividad económica- disminuyó el consumo, habilitando una nueva ola de despidos. Si se compra menos, se producirá menos y sobrarán trabajadores.
d. Cuando los gremios reaccionaron y todos los diputados de la oposición se unieron para una "Ley Antidespidos", Macri la vetó de una. ¿Recuerda lo que dijo? "Para mí, es una ley antiempleo y contra los argentinos". ¿Se equivocó o quería que las empresas pudieran despedir libremente?
e. Agregaría también que en el día de San Cayetano, el Ministro de Trabajo pidió por Twitter: "Hoy es San Cayetano. Que Dios nos acompañe cuidando el trabajo de los que lo tienen y abriendo oportunidades para los que lo buscan". Si vamos a esperar a que San Cayetano nos dé laburo estamos en el horno señor Ministro. Debe haber políticas públicas Sr. Triaca.
f. Agrego también que, llenándoles las obras sociales de dólares, Mauricio Macri ha comprado la voluntad de la burocracia sindical, es decir, de Hugo Moyano y el ex menemista Luís Barrionuevo que se niegan a hacer un paro general. Un pedido que retumbó en la plaza de la Marcha Federal. Cuando llegue el paro ya verán a los medios hablar de desestabilización.

A las personas de buen corazón no les va a cerrar, pero el neoliberalismo funciona así: las corporaciones necesitan aumentar el desempleo para que entre muchos desempleados compitamos por un laburo y aceptemos salarios más bajos -o bien para conseguir un empleo o bien por miedo a perder el que tenemos- y peores condiciones laborales. ¿Para qué? Para que ellos puedan aumentar su tasa de ganancia bajando "el costo" del salario.

Justamente esto es lo que separa a las dos Argentina: mientras un sector de la población ve este avasallamiento sobre la clase media y la clase baja con claridad, y cree que el único modo de protegerse es saliendo a las calles; existe otro sector que no sólo no lo ve, sino que cree que es necesario que la guita le alcance menos y que cualquier protesta es un "palo en la rueda". Menos aún ven que mientras los de abajo se ajustan, los de arriba la están pasando mejor que nunca. Desde ya que esto último no surge del aire, sino que es el discurso que bajan el Gobierno y los medios. Y por eso su sorpresa al ver la Plaza de Mayo desbordando.

La década del '90 no fue gratuita. La sociedad ha aprendido y estudiado el proceso iniciado en 1976 y finalizado en 2001. Y también se ha organizado. Esta vez no va a ser tan fácil. Y si se les va la mano con el ajuste, la gente estará en la calle. Como ocurre en cualquier país del mundo.

En fin, lo que está en cuestión es una puja distributiva. De un lado el Gobierno, los medios masivos y los empresarios, y, del otro, la sociedad organizada -si estuviera desorganizada sería peor, sépalo- en las calles y los medios comunitarios en las redes sociales y el éter.

Entendemos su fe y esperanza, pero, no todos tienen tan buen corazón y para que unos tengan más, lamentablemente, algunos poquitos necesitan que nosotros tengamos menos. Aunque no lo crea -ni lo vea-, en las calles también lo estamos defendiendo a usted y los suyos.

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