24 agosto 2016

La rebelión de las frutas

Lo hemos dicho varias veces y lo diremos una vez más, la protesta social es una herramienta de los pueblos que tiene dos objetivos fundamentales: en primer lugar, reclamar al Estado la solución de un problema y, en segundo lugar, visibilizar una demanda frente al resto de la sociedad. Justamente por eso se realiza en el espacio público y no en el patio de una casa.

Bajo el lema "La crisis frutícola nos afecta a todos", el 23 de agosto será recordado por "el Frutazo", una original metodología de protesta de los productores de manzanas y peras del Alto Valle de Río Negro que están a travesando una importante crisis a raíz de los altos costos de producción que los hace ir a pérdida. Desde ya que esto no ha surgido con el nuevo Gobierno, sino que viene de hace tiempo -si no pregúntenle al ex kirchnerista Miguel Ángel Piccheto. Sin embargo, en los últimos meses se ha agravado.



El campo es heterogéneo: ni el gran latifundio y la oligarquía que apoyó golpes de estado a diestra y siniestra, ni los pequeños y medianos productores, sino una combinación de ambos con tendencia a la concentración en pocas manos. Justamente éste ha sido el gran error de Cristina Kirchner en 2008. Y paradójicamente es el mismo error que está cometiendo el Gobierno de Mauricio Macri desde que asumió. Pero al revés, claro.

Las políticas públicas de Cambiemos hacia el campo se han basado en la devaluación -por cada dólar exportado antes se recibían 9,5 pesos, mientras que ahora son $15- y, la reducción y quita de retenciones -quitar o bajar impuestos- a la exportación de granos. De este modo, Mauricio Macri benefició al campo con 8.000 millones de dólares, respondiendo rápidamente a la demanda del sector concentrado del campo nucleado en la Sociedad Rural Argentina (SRA). No en vano lo aplaudieron a rabiar en La Rural.

No viene al caso, pero la otra cara de la moneda está en la inflación que provocó la devaluación en los bolsillos y las mesas de las clases medias y bajas. Por otro lado, la economía es una sábana corta y si los exportadores de soja pagan menos impuestos, quien tiene que pagar más impuestos es usted.

Volviendo al campo, mientras se respondió al reclamo de las clases dominantes, no se prestó atención a los sectores que están atravesando una crisis como lo es la cuenca lechera de Santa Fe -si se queja el presidente de la corporación La Serenísima, imagínese el resto- o los pequeños y medianos productores de frutas del Alto Valle de Río Negro. En resumen, el Gobierno de Macri respondió a las "corporaciones" del campo, pero no a las PyMes, similar a lo que ocurre en las ciudades.

Justamente aquí está el problema de responder a los reclamos de la clases dominantes: se beneficia a una minoría sin atender a las mayorías. A "los ricos" se les soluciona rápidamente la búsqueda de rentabilidad -es decir, ganar más dinero-, mientras que se demoran las soluciones a las clases medias y bajas. Ni hablar del aumento en los alimentos que provocaron la devaluación y la quita de retenciones.

Finalmente, señalaremos que hay otro problema para la solución de este conflicto: la ideología económica del actual Gobierno. El neoliberalismo se basa en la no intervención del Estado en la economía, cuando no una alianza entre monopolios y gobernantes. Es un problema porque los productores de manzanas y peras del Alto Valle de Río Negro necesitan la intervención estatal dado que cerca del 80% de las exportaciones están concentradas en pocas empresas, mientras que sólo tres industrias concentran la industria juguera

Por fuera de la noticia, agregaré dos comentarios:

a. Los productores de manzanas y peras mostraron una metodología novedosa para visibilizar su reclamo acaparando la atención de los medios macristas tan propensos a ocultar las protestas -que son muchísimas. Agrego también que esta metodología no puede ser replicada por los sectores populares: ni repartir las chapas de sus viviendas precarias ni dar sus alimentos que son fundamentales para no morirse de hambre. Para los pobres, la protesta siempre será el piquete. Y mejor no pensar si la situación sigue empeorando.

b. Fue muchísima la gente que concurrió a Plaza de Mayo a buscar peras y manzanas. A ver si entendemos: peras y manzanas. Y allí estuvo buena parte del éxito de la protesta. Lo nuestro no es fundamentalismo, sino realidad: en la Argentina neoliberal, el aumento de los alimentos ha sido brutal: leche, carne, pan, harinas, frutas y verduras. Las colas frente a la Casa Rosada fueron sólo una expresión de ello. De hecho, el 7 de agosto este reclamo fue llevado en una marcha por "Paz, pan, techo, tierra y trabajo" que cruzó la Ciudad de Buenos Aires desde Liniers a Plaza de Mayo.

Ojalá que el Gobierno vea esto. Y los argentinos también.

2 comentarios:

  1. "El infierno de los pobres está hecho del paraíso de los ricos." (Victor Hugo)

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