09 junio 2018

El ajuste que no te cuenta Clarín

Hace poco la escuché a Leila Guerriero decir que un buen texto no tenía que ser necesariamente largo. A diferencia del artículo "Es la fragilidad, ingenuos" que derrochaba links, me gustaría explicar muy brevemente lo que vamos a vivir en los próximos meses. No sé si será un buen texto, pero sí deseo que quienes no gustan de la economía, entiendan de modo simple lo que sucederá los próximos meses porque lo van a observar, a vivir o a sufrir. Y como viene ocurriendo en estos dos años, los medios y periodistas que defienden al Gobierno no lo están explicando.

Tras el discurso del "gradualismo", los próximos meses vamos a vivir shock. De hecho, lentamente lo estamos viviendo. Usamos este concepto porque fue descrito por Naomi Klein en "La doctrina del shock".

a. Aumentos de precios producto de la devaluación de 20 a 26 pesos por cada dólar. Una devaluación de más del 25% en un mes es, por lo menos, grave. 

b. A este aumento de precios por inflación se suma que el modelo neoliberal desregula los mercados, es decir, no controla y deja que las grandes corporaciones hagan lo que quieran. ¿Si usted suelta a un león y un conejito en una jaula qué pasará? Bueno, nosotros somos los conejitos.

c. A esto se suma el aumento de tarifas.

d. El aumento de precios por encima de los aumentos salariales significará que nuestros sueldos van a comprar menos. Si compran menos se va a producir menos. Si se produce menos se van a necesitar menos trabajos.

Las consecuencias

1. Aumento del desempleo por caída de la demanda (gente comprando menos) que se sumará al desempleo que producirá la caída de la obra pública exigida por el FMI (si se dejan de asfaltar rutas, habrá menos obreros haciendo rutas).

2. Aumento de la pobreza: personas que pueden comer, pero no satisfacen necesidades básicas como el transporte, educación o la salud.

3. Aumento del hambre: personas que directamente no pueden comer

4. Aumento de la desigualdad: como el gobierno le baja los impuestos a los ricos, aumentará la brecha entre los más ricos y los más pobres.

5. Aumento de las personas en situación de calle y revolviendo la basura como se ha observado en el último tiempo. En efecto, ya han habido muertes por hipotermia.

6. Aumento de protestas: a menos que usted desee que los descartados de este modelo para pocos se queden calladitos sufriendo en sus casas.

7. Aumento de delitos menores: la pobreza no es sinónimo de delincuencia, pero sí es un terreno fertil para personas que no ven una salida.

8. Aumento de la represión: cuando uno le empeora la vida a las mayorías, los Gobiernos para pocos reprimen. Por eso el neoliberalismo llegó a la Argentina con la última dictadura militar.

9. Aumento del malhumor social.

10. Aumento de enfermedades y dolencias. El impacto económico, la angustia y la incertidumbre también impactan en nuestro cuerpo.

¿Qué hacer?

El shock produce miedo e inseguridad. Necesitamos construir (y reconstruir) la esperanza y la solidaridad.

Necesitamos pedagogía. Es necesario que quienes tenemos un compromiso social expliquemos esto una y otra vez.

Explicar con ternura. Buscamos la felicidad de las mayorías.

No hay que insultar. Hay que argumentar.

Leer a los que saben y traducir. Tenemos grandes académicos e intelectuales. Debemos leer a quienes no se han acobardado en estos dos años y traducirlos de modo simple.

Seguir pagando costos: si cuestionamos a este modelo cuando lo apoyaba el 80 por ciento de la sociedad, será más fácil ahora que el apoyo está en caída.

Salir a la calle, pero pensar modos de protesta novedosas: los cantitos como el MMLPQTP y las acciones colectivas de las mujeres son buenos ejemplos.

Evidenciar la desinformación y denunciar las mentiras diarias de la prensa oficialista. No se le puede mentir a todos, todo el tiempo.

En resumen

Esperanza. Pedagogía. Solidaridad. Comunicación. Y ternura.

A continuación, les comparto un video de 2015, previo a las elecciones, sobre la receta del ahora Presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, para frenar la inflación. Tal vez sea la explicación más sincera de cómo piensa la gente que nos gobierna.

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