Hace un tiempo venía pensando el concepto y hasta lo compartí con no pocos. Sin embargo por esa cuestión de no hablar de cosas que rozan temas tabú, hice la más fácil: me auto-censuré. Así hasta hace unos días, cuando lo compartí con una ex-educanda que había demostrado heroico furor por la bibliografía dada y me dijo: "Yo pienso lo mismo". Las casualidades son preciosas. Y más sin son intelectuales. De todos modos, volví a guardarlo hasta que me crucé con La extraña no-muerte del neoliberalismo del profesor y sociólogo británico Colin Crouch que puso en palabras una serie de ideas que vengo pensando en el último tiempo. ¿Por qué no?
Llamo Orgasmo Intelectual (OI) a la expresión escrita que plasma en un texto aquello que pensamos, aquello que sentimos. El OI pone en palabras nuestro espíritu, nuestra búsqueda infatigable de respuestas a las preguntas nos plantea a la vida daria.
CROUCH, Colin (2012). La extraña no muerte del neoliberalismo. Buenos Aires, Capital Intelectual, p. 57. |
Llamo Orgasmo Intelectual (OI) a la expresión escrita que plasma en un texto aquello que pensamos, aquello que sentimos. El OI pone en palabras nuestro espíritu, nuestra búsqueda infatigable de respuestas a las preguntas nos plantea a la vida daria.
El Orgasmo Intelectual Científico (OIC) es aquel que encontramos en los ensayos y en la producción científica (valga la redundancia). Está muy presente en las ciencias sociales y gran parte de su éxtasis se debe a las explicaciones de las problemáticas de la vida en sociedad; y a la solución que muchas de ellas plantean, claro. El pensamiento, la inteligencia, la sabiduría, la erudición y, por supuesto, su reconocimiento son motores para gozar los OIC. No sólo nos desenfrenamos con el contenido, sino con su autor. El OIC se transforma en un apellido que da respuestas. Respuestas a cosas importantes. Cada vez que hay un problema están ellos. Si el OIL nos habla de la existencia, la aventura, el amor y los miedos; el OIC está presente en el sufrimiento de las personas, la carencia, el futuro y la sed de justicia.
Por supuesto que podemos encontrar orgasmos intelectuales en una obra de arte, en una canción, en un paisaje, un viaje, un discurso. Son infinitos. En cada persona prevalecerá un tipo.
Lo importante será reconocerlos, disfrutarlos y, por qué no, producirlos.
Me hace acordar al concepto de Punctum de Barthes y me pasó varias veces! Buenísimo!
ResponderEliminarQue me compares con Barthes es bastante así que muchísimas gracias Camila :) La conversa con Rosende me terminó de convencer y plasmarlo. Así que vamos por más conceptos surgidos de charlas con educand@s :)
EliminarN de R: felicitaciones por el final. Se notó el estudio.