31 mayo 2015

Las aulas y el "Ni Una Menos"

Para mí la educación va de la mano de la reflexión y el pensamiento crítico. Más aún en un aula universitaria. Siguiendo a Paulo Freire, creo que la educación debe ser "problematizadora" y "liberadora", más que "bancaria" y basada en la donación de conocimientos en caja vacías.

En nuestro habitual momento de debate, donde creamos espacios para intercambiar opiniones y fomentar la civilidad y el interés por la cosa pública, con el curso de periodismo hablamos sobre la marcha del 3 de junio contra la violencia de género. En mis pocos años de docencia, comprobé que los chicos tienen un especial interés por expresar su opinión. 

"Creo que el contraste de un personaje tierno como Enriqueta pidiendo justicia llamó más la atención que si hubiese usado algún personaje anónimo", dice el dibujante Liniers, cuya imagen contribuyó a difundir la convocatoria bajo el hashtag #NiUnaMenos.

Frente la gran participación y manos levantadas, recordé una charla con un suizo en los yungas de Coroico sobre el aborto, quien sobre el final me expresó que esa discusión debían tenerla especialmente las mujeres. Siguiendo ese comentario y sin saber si estaba en lo correcto -sin saber si estaba en lo correcto-, primero opinaron la mayoría de las educandas mujeres y más tarde completaron algunos hombres. El espacio que generalmente demora entre 15 y 20 minutos, duró 45. La experiencia demandó que nos fuéramos unos minutos más tarde del horario para completar la teoría del día.

Sinceramente pensaba dejar esta experiencia en la memoria, pero corrigiendo una monografía en la que las estudiantes decidieron relacionar autores del programa de "Teoría de la Comunicación Social" con el feminismo me encontré con la siguiente cita: 

"Sin embargo, el feminismo espera que este cambio se dé desde las raíces de toda sociedad, los educadores, que tienen la responsabilidad de transmitir los valores adecuados. '... capacidad de los nuevos educadores para frenar la degeneración de la cultura (MATTELART y NEVEU, 1957: 25s). Con esta cita, podemos decir que la responsabilidad de hacer conciencia y cambiar la realidad, es de todos los ciudadanos, pero especialmente de los educadores hacia los educandos para evitar que la desigualdad de géneros se convierta en una problemática atemporal".

Los educandos suelen ser más claros de lo que pensamos en cuanto a lo que exigen de su formación académica. Por mi parte, sigo bastante convencido de que lo social debe acompañar la formación académica. Y que, como educadores, debemos trasladar las discusiones de la sociedad civil a nuestras aulas.

En otro apartado de su monografía, Julieta Actis, Alexia Gounaridis, Damasia Maffi y Lucía Martínez Sansogne plantean: "Desde esta industria [del entretenimiento] están colocando pensamientos subliminales sexistas en los que la mujer toma un papel pasivo y el varón toma el mando de poder y superioridad". Y luego mencionan las diferencias entre los jueguetes "para niños" y "para niñas".

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