17 agosto 2021

Hoy cumple años un amigo

Querido Edgar:


A vita non è come l'hai vista al cinematografo. A vita è cchiu difficile.

Alfredo - Cinema Paradiso


Hoy es tu cumpleaños y hace dos meses que te fuiste. Es imposible olvidar tu cumpleaños porque sos la persona que más disfruta festejarlos. Siempre admiré esa capacidad de reunirnos y presentarnos uno a uno, recordando nombres y recorridos. Yo siempre moría de vergüenza, aunque me encantaba que me identificaras con Bolivia y Lanús. De Evo Morales a “Manolo” Quindimil. De cacique a barón del Conurbano.

Cuando te fuiste, Edgar, me di cuenta de que hace casi una década que somos amigos. Tal vez por nostálgico o tal vez por equivocado, siento que es difícil sumar amigos de grande. Y entre recreos, finales, almuerzo y congresos, vos me acompañaste durante un tercio de mi vida. Siempre un chiste, siempre un consejo, siempre una enseñanza y siempre una discusión. Es difícil no aburrirte de hablar con alguien y vos eras eso. Podíamos hablar horas.

En estas semanas, revisé nuestros últimos chats. Y, con cierto temor, volví a escuchar tus audios. Me reí mucho de nuestra celebración de la fallida expropiación de Vicentín y volví a sonreír con la foto de la lista de mails cuando fui tu alumno. ¿Cuántos profesores guardarán una lista de 2007?


Querido Edgar, soy de los que creen que un discípulo elige a su maestro, pero que también los maestros eligen a sus discípulos. Y siempre estaré agradecido por tu compañía durante una década. Me formaste, me viste crecer, me apoyaste y me acompañaste en momentos importantes de mi vida. En estos últimos dos meses, mi vida cambió mucho, me gustaría contarte, y te alegrarías conmigo. Mi tristeza y mi alegría se la pasaron bailando tangos. Ya tendremos tiempo para hablar.

Mientras tanto te cuento que recuerdo nuestros congresos en Sucre, Mendoza, Posadas y Río Cuarto. Recuerdo nuestros almuerzos y nuestras mesas de finales. Qué miedo que nos tenían los chicos, Edgar. Un miedo tan injustificado y mítico, como épico. Recuerdo nuestros guiños y apoyos ante una mala reacción, tus constantes sugerencias de tomar té de lechuga para calmar los nervios.

La vida no es como la vemos en el cine, pero está llena de Alfredos y Totós.

Y siempre te estaré agradecido.



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