22 marzo 2014

El agua es vida

La primera vez que lo escuché a Evo Morales decir que el acceso al agua debía ser un Derecho Humano me pareció una locura. ¿Cómo podía elevarse a calidad de Derecho Humano algo tan simple como abrir la canilla y ver al agua correr?

Con el tiempo fui entendiendo que lo que para mí era tan común, para millones de otros no lo era. La mitad de la población mundial no tiene acceso al agua. No en todos los lugares del mundo existe una red que lleva agua a la gente. No todos tienen un fácil acceso a una fuente de agua. Muchos deben recorrer kilómetros incluso para poder tomar un sorbo de agua. Y, a diferencia de mi ducha que es infinita, el agua que tanto les cuesta se cuida como a la vida. El agua es valiosa. 



Si bien me había cansado de estudiar en la escuela que las plantas necesitan agua y que algo así como el 70 por ciento de nuestro cuerpo es agua, nunca había pensado que el agua era sinónimo de vida. Por supuesto que a quienes nos sobra el agua (somos millonarios de agua) nos es difícil apreciar su importancia. Tal vez en un viaje por un país ajeno podemos ver su importancia, cuando nos olvidamos la botellita y sentimos un leve dolor de cabeza ante el primer indicio de deshidratación.

Si vamos a las estadísticas, la ONU señala que 1.100 millones de personas (el 18% de la población mundial) no tienen acceso a agua potable. La OMS agrega que hasta hace dos años, 768 millones de personas no consumían agua de una fuente mejorada, mientras que 2.500 millones de personas carecían de acceso a servicios básicos de saneamiento y 1.000 millones hacían caca al aire libre. 

Por su parte, la UNESCO cita otros estudios que indican que 2.000 millones de personas no tienen acceso al agua potable de modo continuo, mientras que 3.500 millones ni siquiera tienen cubierto su derecho al agua. Finalmente, UNICEF informa que de los 2.000 niños menores de cinco años que mueren día a día por diarrea (cuántos, ¿no?), el 90% se debe al consumo de agua contaminada, la falta de instalaciones sanitarias e higiene inadecuada.

Si miramos más cerquita, en Argentina el censo de 2010 determinó que el 17,37 por ciento de la población que habitaba en viviendas particulares no tenía acceso a la red. Cabe destacar que según los Objetivos del Desarrollo del Milenio, la Argentina se comprometía a que la red llegara al 88,9% de la población, o sea, que no cumplimos por 2.477.827 vidas. Bastante lejos para un país que creció a tasas chinas en la última década, ¿no? Parece que la educación no es la única área donde el crecimiento económico no se reflejó en desarrollo.

El agua es vida. Y la falta de agua es muerte. Nos parece irreal que haya gente que se muera por falta de agua, pero efectivamente ocurre. Desde quienes no pueden acceder a ella, hasta quienes beben agua no apta para consumo. Quienes viven cerca de una industria que utiliza miles o millones de litros de agua o que contamina el agua con cianuro pueden dar fe de su importancia. La mega-minería a cielo abierto es un lindo ejemplo. Basta ya! Ahora bien, si usted es medio garca o boludo también puede leer y repetir la explicación para garcas y boludos que da la Barrick Gold.

El agua es vida. Y privatizar el agua es privatizar la vida. El agua no puede ser un negocio y esto debe ser contemplado en la leyPonerle un precio al agua es ponerle un precio a la vida. Quienes creemos que no todo es o debe ser mercancía, entendemos que es obligación del Estado garantizar el acceso al agua. Y justamente por eso, es una pena que el tan revolucionario kirchnerismo haya eliminado el artículo 241 del anteproyecto de reforma del Código Civil y Comercial de la Nación que tan transformador era:


ARTÍCULO 241.- Derecho fundamental de acceso al agua potable. Todos los  
habitantes tienen garantizado el acceso al agua potable para fines vitales. 


El agua es vida. Y quienes estamos a favor de la vida, debemos crear consciencia sobre su importancia. Por un lado, debemos pugnar discursivamente para que el agua no tenga una visión mercantil. Por otro lado, debemos presionar al Estado para que todos puedan acceder al agua potable.

El agua es vida. Y desde el 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce que el "derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho 
humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos".

El agua es vida. Y, por lo tanto, el agua es un Derecho Humano.

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