14 marzo 2014

La mezquindad del PRO

Si mal no recuerdo, los sectores afines al PRO estuvieron entre quienes más llamaron a participar de los heterogéneos cacerolazos de 2012. De hecho, Mauricio Macri manifestó que la protesta ocurrida el 13S lo llenaba "de orgullo", mientras que el 8N nos representaba "como argentinos y como hombres libres".

El Bloque del PRO aplaude en conjunto la criminalización de la protesta social de Cristina Kirchner. En el centro, el ex árbitro de fútbol y diputado por Córdoba, Héctor "La coneja" Baldassi levanta el pulgar. A su derecha, la diputada Laura Alonso se pone como loca.

En la apertura de sesiones ordinarias del Congreso hubo una escena que llamó la atención. Basándose en una protesta por la absolución de los petroleros de Las Heras, la Presidente Cristina Kirchner criticó en duros términos a la protesta social y los cortes de calle (se puede ver al final de esta edición), mientras afuera del Congreso sus militantes cortaban la Avenida Entre Ríos. Hasta ahí nada nuevo.

Lo extraño del caso fue que el bloque del PRO de Mauricio Macri (que se presenta como la antítesis del kirchnerismo salvo cuando transan en la Legislatura porteña, lo cual ocurre muy a menudo) no sólo apludió fervorosamente, sino que una de sus diputadas, Laura Alonso, se puso de pie como loca.

La protesta social es un derecho constitucional. Si bien podemos cuestionar el corte total de calles, no está en duda que la protesta es fundamento de las sociedades democráticas. Justamente, muchos amigos del PRO cuestionan que en Venezuela el Presidente Nicolás Maduro reprima las protestas de los opositores.

Una de las bases de la democracia radica en la tolerancia y el respeto por el que piensa diferente. De allí que cada uno tenga diferentes intereses, motivos o necesidades como para movilizarse y protestar. Al fin y al cabo es un costo de tiempo y energía. Todos preferimos no protestar. Protestamos y nos movilizamos ante algo que consideramos injusto.

En los cacerolazos de 2012 no pocos amigos oficialistas o filo-oficialistas se manifestaron en contra de este derecho constitucional y calificaron de "golpistas" o "destituyentes" a quienes cacerolearon. No sé si importa, pero yo participé y la verdad que no me gustaba que los amigos me cuestionaran. Tambien recuerdo que muchos anti-cacerolazos copiaban y pegaban carteles discriminatorios a fines de deslegitimar la movilización en su totalidad. 
Me acuerdo incluso que no pocos amigos del PRO salieron a defender, con razón, su derecho a protestar. Creo que no hace falta aclarar que en los cacerolazos se cortaron muchas calles.

La solidaridad no se limita a donar dinero mensual a una ONG y llamar a "Un sol para los niños" el segundo domingo de agosto. Respetar y apoyar dolores y demandas ajenas también es un acto de solidaridad. Por caso, apoyar la lucha de los maestros por un salario digno es un acto de solidaridad. Es una pena que a menos de dos años de los cacerolazos, el PRO se haya olvidado de la importancia que tienen para x personas x protestas y que todos tenemos derecho a ella.

Es una lástima que los amigos del PRO, tras haber vivido en carne propia la incomodidad de que otros les cuestionen algo que consideraban justo, terminen haciendo lo mismo.




Breve comentario final: sinceramente no tengo la menor idea de la causa de los petroleros de Las Heras. Lo que sí sé es que personas como Osvaldo Bayer, Nora Cortiñas, el Papa Francisco y Adolfo Pérez Esquivel les brindaron su solidaridad. Entre creerles a ellos o a la Presidente y el aplauso cerrado del PRO, tengo bastante claro por quién tomar partido.

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