28 marzo 2014

Asesinar una vida

La mamá de David: "Estaba irreconocible. La cabeza era un globo y los ojos dos cosas violetas que le sobresalían".

Me quedé con esta foto en la cabeza. Y con muchos comentarios celebrando su muerte. Creo que no puedo decir algo mejor que Javier Nuñez en su nota de opinión "No cuenten conmigo"

Una vida. Una cartera. 

Sólo quería recordar un pedacito de la introducción del Premio Nobel de Literatura en 1946, Hermann Hesse, a su libro Demian, "el vibrante poema en prosa de su edad madura, con una palabra de simpatía y una calurosa recomendación", según Thomas Mann.


"Si no fuéramos algo más que individuos aislados,

si cada uno de nosotros pudiese realmente

ser borrado por completo del mundo por una bala de fusil

no tendría ya sentido alguno relatar historias.

Pero cada uno de los hombres no es tan sólo él mismo;

es también el punto único, particularísimo, 

importante siempre y singular,

en el que se cruzan los fenómenos del mundo, 

sólo una vez de aquel modo y nunca más.

Así la historia de cada hombre es esencial, eterna y divina

y cada hombre mientras viva en alguna parte

y cumpla la voluntad de la naturaleza,

es algo maravilloso y digno de toda atención.

En cada uno de los hombres se ha hecho forma el espíritu,

en cada uno padece la criatura,

en cada uno de ellos es crucificado un Redentor."

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