06 marzo 2017

El mejor regalo

El año pasado, alguien que quiero muchísimo me dijo algo que me dolió: "Que me importan los pobres... mientras yo pueda pagar la tarjeta de crédito". Aguanté ese dolor y preferí pensar que estaba influenciado por los tiempos que vivimos, los gobiernos que él apoya y los medios que él lee.

Me dolió no sólo porque es importantísimo en mi vida, sino también porque cuando era muy chiquito me dio un ejemplo que nunca voy a olvidar: paró el auto en el medio de la calle, se bajó, acompañó a una persona no vidente a cruzar la calle y se volvió a subir al auto.

Como a veces, somos nosotros, los más chicos, los que debemos enseñar a los grandes, preferí devolver la lección 20 años más tarde. Me pasó a buscar para celebrar Navidad, me subí al auto y le pedí que pusiera marcha atrás.

"Acá está bien", le dije para que frenara. Agarré una bolsa, bajé, saludé al hombre que vive en la calle cerca de casa y le regalé un budín navideño: "Feliz Navidad". Él lo vio todo desde la ventana. Subí al auto y seguimos el viaje hablando de otras cosas.

Casi dos meses después, hoy nos volvimos a juntar. Caminamos y llegando casa nos cruzamos con el mismo señor de la calle. "¿Este hombre toma alcohol?", me preguntó. Respondí que no con la cabeza. Sacó un billete y se lo acercó: "Cómprese algo".

Ese fue el mejor regalo de cumpleaños que recibí.

¡Gracias Pa!

Aunque no leas esto nunca, te quiero un montón.

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