03 febrero 2014

Las vacas y los dueños

- Te pusiste a pensar en que no existen vacas sin dueño - me dijo mi amiga Natalia - Que triste eso.

- No, la verdad que no. Deberías leer a Marx - le respondí.

"La tierra tiene dueño. La vaca tiene dueño. La vida tiene dueño". Artista: Gabriela Pertovt

La cuestión es que me quedé pensando. Y efectivamente todo tiene dueño. O casi todo. Y probablemente lo que ahora no tiene dueño algún día lo tendrá. Hace un buen tiempo me pregunté si el aire podría tener dueño. Rápidamente pensé que no. Sería una locura. Pero la tierra tiene dueño. Un campo es una porción de tierra alambrada, con vacas y con dueño. Y no siempre esa porción de tierra tuvo dueño. De hecho hubo que llegar, colonizar y alambrar. El alambre no siempre estuvo donde hoy hay alambre.

¿Será imposible volver el tiempo atrás y que muchísimas cosas dejen de tener dueño? O que dejen de tener un solo dueño. Porque, a veces, donde hay un solo dueño podrían haber muchos dueños. Y en donde uno se lleva 10 millones, haya 10 que lleven un millón cada uno. O 100 que lleven 100 mil cada uno.

Lo digo, pero me pregunto, ¿estará bien que enormes porciones de tierra tengan un sólo dueño? ¿Y que eso le genere muchísima ganancia a una sola persona? ¿Es justo posta o es justo porque alguien dijo que es justo? ¿En esa mucha tierra no podrían vivir y trabajar muchas personas y sus muchas familias cuyas vidas hoy son muchas miserables? ¿Y si utilizamos el mismo mecanismo para pensar en las empresas enormes?

No siempre la tierra tuvo dueño. Y no siembre las vacas tuvieron dueño. De hecho, existía el ganado cimarrón. O al menos eso me dijeron los libros de historia. En India las vacas no tienen dueño, ¿o sí? ¿Podremos ser dueños alguna vez de los tigres? ¿O de los elefantes? ¿O como los de circo, ya tienen dueño?

La tierra tiene dueño. La vaca tiene dueño.

La vida tiene dueño.

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