20 febrero 2014

La incomodidad de hablar de Venezuela

Frente a opiniones tan marcadas a favor y en contra, ¿soy realmente el único al que le genera incomodidad hablar del chavismo? ¿Realmente a mí sólo me da vergüenza opinar sobre lo que sucede en Venezuela?

Yo creo que la división de Venezuela se debe a Chávez. Pero también creo que no habría habido Chavismo sin gobiernos liberales que hayan sumido en la pobreza a millones de venezolanos. ¿Cómo no va a haber millones de ciudadanos que amen al "Comandante" si la redistribución de los ingresos del petróleo impulsada durante su Gobierno los sacó de la marginalidad?

No me gusta el Chavismo porque me parece autoritario. Pero también soy consciente de que el Comandante fue elegido una y otra vez en elecciones democráticas. Votado por más de la mitad de la sociedad. ¿Y entonces? ¿Democracia sí o democracia no? ¿Qué es la democracia?

La protesta social me parece una herramienta de la democracia y bienvenido sea que los pueblos salgan a la calle. ¿Realmente toda esa gente que está en las calles es de derecha o exponente de la oligarquía? ¿Está mal que protesten por la violencia o la inflación?

Sin embargo tampoco creo que otros países deban inmiscuirse en la política nacional de una nación soberana. No sé si efectivamente Estados Unidos está detrás de las movilizaciones, pero así se lo he leído a gente que respeto y hasta he visto un cartel pidiendo ayuda a los hermanos yanquis (perdone usted si no quedo bonito el oxímoron).

Pienso que hay que poner límite a los medios de comunicación porque concentrados son peligrosos y tienen gran poder para legitimar discursos que defienden sus propios intereses, pero tampoco quiero que el Estado avance contra todo medio crítico.

Me parece una estupidez que la oposición haga circular fotos falsas por las redes sociales, pero tampoco me parece correcto que el Estado intervenga las redes para que no circulen fotos.

¿Por qué será que a veces está bien reprimir y a veces no? Me pregunto porque los amigos que siempre piden palos para el movimiento popular o de izquierda, ahora critican a las fuerzas bolivarianas que tiran bala y gases. Mientras que muchos otros que están en contra de reprimir la protesta social, hoy lo ven como algo políticamente necesario.

En cuanto al desabastecimiento tranquilamente puede ser una jugada de las corporaciones, como hicieron en Chile contra Salvador Allende antes del golpe del hijo de puta de Pinochet. Pero me parece que nadie puede estar a favor de que haya motorizados armados (por el chavismo) y los insoportables índices de delincuencia.

Dentro de todo la incomodidad que me genera hablar sobre un tema del cual no manejo tanta información, creo que Venezuela es un caso que nos debe servir de enseñanza a toda Latinoamérica.

Bienvenido sean los procesos transformadores, pero no creo que estos deban ser a cualquier costo. La ética (sí, esa que no nos importa) debe ser un bastión de los gobiernos que busquen la justicia social y la equidad.

Es inconcebible que un movimiento ético, nacional y popular genere una burguesía de funcionarios a través de la corrupción. La transformación debe buscar consensos, debe convencer y persuadir a los sectores conservadores a los que no les duele la pobreza y la marginalidad. La falta de comida y de servicios nos debe doler a todos, y no es tan difícil hacérselo entender a otro. Al fin y al cabo somos humanos.

También creo que los movimientos revolucionarios no deben depender de una persona y que no es bueno que una persona se perpetúe en el poder. Los gobiernos transformadores deben ser colectivos y sus líderes al frente del Estado deben ir cambiando.

Pero el mío no es sólo un llamado a las izquierdas, sino también a las derechas que priman el interés personal. Sepan que las sociedades desiguales, a la larga, terminan en esto. Ojalá les doliera el hambre y la marginalidad, pero más no sea por sus propios "yo", a sus bolsillos y a su seguridad bien les viene que las sociedades sean equitativas.

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