27 agosto 2013

La porta-SUBE que no miramos

"Tomá", me dijo mi viejo con una sonrisa, como quien hace un regalo increíble. "Todos tenemos una", agregó agitando un plástico amarillo. Vi mi plástico naranja y sólo atiné a preguntar: "¿Qué es?". "Una porta-SUBE. Así no la perdés más", explicó en tono experto y puso mi SUBE dentro del plástico. Semanas más tarde mi porta-SUBE "rosa" (en verdad era naranja) sería interambiada por una amarilla.

¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Realmente hace falta que todos tengamos una?


Porta-SUBE: el capitalismo es maravilloso y nuestras ansias de consumo inconmensurablemente estúpidas.


"Una boludez innecesaria", "Para gastar plata" y "No" serían mis respuestas conclusivas, aunque mirándolo con mayor detenimiento pensaría que dentro de un capitalismo maduro, la creación de consumo y de "porta-SUBE"  (¿quién habrá tenido la idea?) generan puestos de trabajo que nos permiten dar un pasito más contra la pobreza. 

¿Terminará siendo la "porta-SUBE" un factor de inclusión? ¿O el patrón terminará contratando trabajo en negro que será despedido ni bien explote la burbuja de venta de "porta-SUBE"? ¿Cuánto ganará un trabajador que controla una máquina que produce "porta-SUBE"?  ¿Cuánto se apropiará el patrón vía plusvalía? ¿Cuántas "porta-SUBE" hará una máquina por hora? ¿Esas máquinas serán importadas? ¿Y la materia prima? ¿Será una gran empresa o una PyME? ¿Qué pasará cuando todos tengamos nuestra "porta-SUBE"? ¿Podremos aplicar el mismo furor comercial a la Monedero si es que Macri efectivamente la reactiva?

Como me dijo mi amigo Sebastián Rosales: "Es como que te regalen una botella con aire".

La cuestión es que la SUBE se me sigue perdiendo y continúo demorando cinco minutos todos los días en salir, mientras que el plástico amarillo comenzó a encorvarse y no creo que llegue a fin de año.

El capitalismo es maravilloso y nuestras ansias de consumo inconmensurablemente estúpidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario